El dolor de perder a un nieto y un hijo es inimaginable. Pero algunas veces la desgracia llama dos veces a la misma puerta. Es el caso de una familia de la Conca de Barberà (Tarragona), los Amigó Carulla.

Este fin de semana les ha tocado vivir otro capítulo de dolor con la muerte de una de las nietas, Carme, de 21 años. Pero la familia ya había perdido, el año 2016, a otro nieto, Pau, de sólo 16 años.

Muere intoxicada en una masía de L'Espluga

Este fin de semana un trágico accidente en una masía de L'Espluga de Francolí por la mala combustión de un generador eléctrico causó la muerte de Carme Amigó Marsal y su pareja, Dídac Bueno Moreno, de 21 y 20 años. La noche del viernes al sábado se quedaron a dormir en la masía, propiedad de la familia de ella, y al día siguiente por la mañana fueron encontrados muertos.

Pau Amigó y Carme Amigó, en una imagen de archivo de la familia

Pau Amigó y Carme Amigó, en una imagen de archivo de la familia / ElCaso.cat

A pesar de los esfuerzos del Sistema de Emergencias Médicas (SEM), nada se pudo hacer para salvar la vida de los dos jóvenes. Ella era vecina de Montblanc y él de la Canonja, en el Tarragonès. L'Espluga, donde la joven también tenía a sus abuelos, y las dos otras poblaciones celebraron este lunes al mediodía minutos de silencio para recordar a la joven pareja. Ella vivía en la villa ducal con sus padres y su hermano, Eduard.

Aparece el cadáver del primo colgado en el bosque

La desgracia de esta familia, sin embargo, había empezado el año 2016. El día 8 de enero de aquel año el tío paterno de Carme se presentó en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Montblanc para denunciar que había desaparecido su hijo, Pau Amigó Moliner, de 16 años. El joven vivía en la Espluga de Francolí con su familia, sus padres y su hermana Mar.

Horas más tarde la policía encontró, en la zona de la Cometa, en L'Espluga de Francolí, el cadáver del joven. El caso, que avanzó delCamp.cat, fue muy escabroso y traumático para toda la familia del chico.

El cadáver de Pau apareció colgado de un árbol en una zona forestal con una soga en el cuello. Instantes antes el menor se había hecho una foto, que la policía creyó que estaba relacionada con un juego. A pesar de las extrañas circunstancias del caso, los Mossos d'Esquadra y el juzgado cerraron la investigación como una muerte voluntaria.

La familia Amigó Carulla revive el dolor de 2016

En L'Espluga de Francolí la muerte de Pau todavía se recuerda. Algunos vecinos, consultados por este medio, no olvidan todos los enigmas que rodearon el macabro hallazgo del menor de edad colgado de un árbol.

Si bien los investigadores de la policía catalana no encontraron signos de criminalidad en el cuerpo del menor de edad, nunca se pudo saber qué llevó al joven a colgarse y a fotografiarse. La Unidad de Investigación de la comisaría de Montblanc, según ha podido saber ElCaso.com, cerró el caso como un suicidio, si bien la familia nunca lo ha asimilado. Tampoco la gente del pueblo compra la versión de esta muerte voluntaria del joven Pau.

Masia Espulga de Francolí / EFE

Imagen de la masía Amigó, en L'Espluga de Francolí, donde fueron encontrados los cadáveres de Carme y Dídac / EFE

Los Mossos también han descartado cualquier vinculación criminal en la muerte de los dos jóvenes, la prima de Pau, Carme, y su pareja, y han cerrado la investigación como un accidente. Una mala combustión del generador eléctrico fue mortal en la masía Amigó la noche del Primero de Mayo.

Los abuelos todavía viven

Pau y Carme eran primos paternos y sus abuelos, los dos que compartían, Ramon Amigó y Asunción Carulla, todavía están vivos y viven en la Espluga de Francolí. Los dos jubilados, igual que todo el municipio, están consternados por la muerte de la joven Carme y les ha tocado revivir aquellos negros días de enero de 2016.