El proceso judicial contra los tres agentes de los Mossos d'Esquadra de Santa Coloma de Farners acusados de traficar con marihuana sigue avanzando. Gracias al escrito de acusación del fiscal, que pide para ellos más de 12 años de prisión, se ha podido saber cómo actuaban y cómo hacían desaparecer la droga que requisaban en los operativos policiales para revenderla posteriormente. La organización criminal estaba liderada por el cabo de la unidad de investigación de Santa Coloma, que era quien decidía cómo y cuándo se llevarían la marihuana del depósito y la cantidad que se tenía que desviar. Otro agente de los Mossos lo ayudaba a desviar la droga intervenida, sacarla de los canales policiales sin levantar sospechas y trasladarla desde las dependencias policiales o desde el lugar de la plantación intervenida hasta el domicilio del tercer agente acusado.

Este tercer mosso guardaba temporalmente la droga en su casa y hacía de intermediario con otro acusado, que no es policía. Esta persona iba a buscar la marihuana y la llevaba a la vivienda que compartía con su pareja. Allí la secaba, la preparaba para la futura venta y contactaba con los posibles compradores. Una vez recibía el visto bueno del cabo, la vendía y todos los investigados se repartían el dinero que obtenía. El fiscal considera que la pareja de este cuarto acusado también conocía la trama delictiva y colaboraba en ella con el objetivo de lucrarse económicamente.

Pillados llevándose la droga de las dependencias policiales

La organización delictiva cayó el 2 de septiembre de 2020 después de que una cámara de vigilancia de la comisaría de Santa Coloma de Farners grabara al cabo y al agente llevándose sacos de marihuana confiscada. Los sacaron de un contenedor que había en el exterior de las instalaciones y lo cargaron al maletero de un coche sin logotipo. Para hacer creer que la habían destruido, llevaron las bolsas de evidencia policial al centro de reciclaje. Asuntos Internos los estaban investigando y siguieron el rastro hasta que el acusado que no es policía fue a buscar la droga al domicilio del tercer agente. En aquel momento, se procedió a las detenciones. Según se ha podido saber, habrían falseado atestados y habrían hecho consultas irregulares en las bases de datos policiales en beneficio de la organización criminal.

Se enfrentan a más de 12 años de prisión

Ante todos estos indicios, se les acusa de los delitos de pertenencia a grupo criminal, contra la salud pública, continuado de hurto y falsedad documental. En uno de los agentes, se le suman el delito de descubrimiento y revelación de secretos. El fiscal pide 12 años y 9 meses de prisión para el cabo, además de una multa de 84.500 euros. Para los dos agentes solicita 12 años y medio de prisión y multas de 83.600 y 80.000 euros. Para los dos acusados que no son policías, la pena solicitada es de 5 años y 3 meses para uno y 5 años para el otro, además de una multa de 80.000 euros para los dos. Además, pide que los tres mossos sean inhabilitados durante el tiempo de condena. Los juzgados de instrucción ha dictado el auto de apertura de juicio oral, que se celebrará en la Audiencia de Girona.