Polémica en la localidad de Palau-solità i Plegamans, en el Vallès Occidental (Barcelona), por la presencia de cuatro cámaras de seguridad en la entrada de los vestuarios del campo de fútbol municipal. Todo surgió el jueves de la semana pasada, cuando las jugadoras del equipo cadete del FC Palau-solità i Plegamans, una vez acabado el entrenamiento, se dieron cuenta que en la entrada del vestuario había una cámara que enfocaba a la zona donde se cambiaban de ropa. Rápidamente, alertaron de su presencia a la directiva del club, que activó el correspondiente protocolo ante la violencia sexual de la Federació Catalana de Futbol.

Desde el club, al ser las chicas menores de edad, se informó de la situación a sus padres. También se revisaron las instalaciones del campo de fútbol municipal y se descubrió que había tres cámaras más instaladas en entradas de vestuarios, siendo un total de cuatro los que estaban vigilados de esta manera. El pasado lunes, cuatro días después del hallazgo, el club, que afirma que desconocía la presencia de las cámaras, fue a denunciarlo en la comisaría de los Mossos d'Esquadra de Santa Perpètua de Mogoda y la policía catalana abrió una investigación sobre los hechos.

Unas cámaras antirrobo instaladas por el Ayuntamiento

Desde el Ayuntamiento de Palau-solità i Plegamans han salido al paso y han explicado que se trata dispositivos con sensor de movimiento que graban durante 10 segundos y que solo funcionan cuando las instalaciones están cerradas y se ha activado la alarma de seguridad. Además, apuntan que se instalaron en el año 2011 a raíz de un robo con un incendio en el campo de fútbol y que el club era conocedor de su presencia y dispone del código de alarma para activarla y desactivarla.

En un comunicado, el consistorio detalla que durante los más de diez años que llevan aquellas cámaras instaladas, nunca ha habido ninguna captación de imágenes de ninguna persona, ya que nunca se ha detectado ningún movimiento en los vestuarios con la alarma activada. Sin embargo, técnicos del Ayuntamiento y de la empresa de seguridad que instaló el sistema han inspeccionado este jueves las instalaciones y han decidido que se mantendrán los sensores de movimiento, pero eliminando la función de activación de las cámaras y posibilidad de grabación de ninguna imagen. Hay que recordar que la colocación de un sistema de videovigilancia antirrobos está prohibida si no se informa a los usuarios de que hacen uso de la instalación, ya que atenta contra su integridad y la intimidad.