Raúl Sánchez, jugador del Club de Futbol Lloreda de Badalona, quedó tetrapléjico después de recibir una patada en el cuello por parte de Heiner J.A.G., miembro del club Equa Calella, durante un partido de la liga de veteranos del Vallès-Maresme. El agresor había sido expulsado del campo durante el minuto 80 del enfrentamiento por haber golpeado a otro futbolista, pero, durante una pausa, volvió y, de manera repentina, atacó a la víctima por la espalda, provocándole graves lesiones medulares que derivaron en una discapacidad del 80% y dependencia total. Los hechos se remontan al mes de abril del 2014 y Heiner J.A.G ha sido ahora condenado a seis años de prisión por la Audiencia de Barcelona, una sentencia ratificada por el Tribunal Supremo, por un delito de lesiones agravadas.
El partido se disputó en Badalona y, durante este, el condenado fue sancionado con una tarjeta roja por haber agredido a otro jugador del C. F. Lloreda, también de una patada, por lo que quedó expulsado. Eso hizo que increpara al otro jugador diciendo que lo mataría. Más adelante, cuando detuvieron el partido por una falta, Heiner J.A.G irrumpió en el campo y atacó por la espalda a Raúl Sánchez, que no lo vio porque estaba ayudando a un compañero que había caído. El resultado de esta brutal agresión fue una lesión medular irreversible que hace que la víctima necesite una silla de ruedas de manera permanente.
Condenan a la organización de la liga como responsable civil subsidiaria
Aparte del ingreso en la cárcel, el Supremo también ha condenado al agresor a indemnizar a la víctima con 714.000 euros y ha declarado como responsable civil subsidiaria a la asociación que organizó la liga; según la sentencia, la organización en cuestión no garantizó la seguridad del acontecimiento al no establecer las medidas para prevenir conductas violentas y que los jugadores expulsados vuelvan al campo, como pasó aquel día: “El organizador y/o promotor no se puede apartar o mirar hacia otro lado”, asevera el escrito.