Agentes de la Guardia Civil investigan un hombre, vecino de la localidad de Arico, en Tenerife, por un presunto delito de maltrato de animales domésticos después de que encontraran muerto en su casa el perro que su hija le había dejado hacía unos meses para que lo cuidara. La investigación empezó cuando un hombre alertó a la Benemérita que hacía unos días que escuchaba un perro gimiendo de forma continuada, pero aquella mañana lo había dejado de oír y tenía miedo de que le hubiera podido pasar alguna cosa.
Hasta el lugar se desplazó una patrulla de agentes de la Guardia Civil que comprobaron que al lado de la casa del vecino que los había avisado había una vivienda cercada por una valla. Los policías miraron el interior por encima del cerrado y, aunque estaba un poco lejos, observaron que en el porche parecía que había un animal de tamaño pequeño que no se movía y que presumiblemente debía estar muerto.
El perro era de la hija de los propietarios de la casa a los que había dejado para que cuidaran
Los agentes picaron en el timbre, pero en aquel momento no había nadie dentro de la casa. Ya en comisaría, hicieron las gestiones necesarias para localizar a los propietarios del inmueble y saber qué había pasado con el animal. Una vez se pudo identificar a quien pertenecía, se comprobó que el animal que había muerto en el jardín era un perro de raza Yorkshire Terrier propiedad de su hija, que se los había dejado hacía unos meses para que lo cuidaran.
Los investigadores constataron que el perro y la zona donde encontraron su cadáver no presentaban condiciones de insalubridad, aunque el animal no tenía comida ni bebida a su alcance. Los agentes abrieron las diligencias correspondientes y han sido enviadas al Juzgado de Guardia de Granadilla de Abona, que ha acusado al hombre de un delito de maltrato de animales domésticos.