Cazados unos productores de cannabis en Sant Feliu de Guíxols (Girona). La Policía Nacional, con la colaboración de la Policía Local, ha desmantelado una plantación de marihuana en una masía de grandes dimensiones en el municipio. Lo más sorprendente del caso es que el laboratorio preparado y equipado para conseguir cultivos exprés estaba ubicado en el subsuelo del edificio rural tradicional. Los agentes han detenido a uno de los dos propietarios de nacionalidad neerlandesa, como máximo responsable del negocio de sustancias estupefacientes.
Acceso al cultivo protegido y bajo una trampilla
Ambos propietarios, además, pasaban desapercibidos ante los vecinos de la zona. Llevaban una vida aparentemente normal. Sin embargo, ocultaban un gran secreto en los túneles subterráneos de la masía: un laboratorio de grandes dimensiones indoor de marihuana. El cual estaba equipado con la última tecnología y los medios materiales más vanguardistas para poder llevar a cabo la cosecha con todas las garantías y de manera exprés, según ha informado la Jefatura Superior de Policía de Catalunya. El cultivo de los cogollos de cannabis era fácil tal como estaba montado, a pesar de la compleja ubicación de la plantación.
Para no ser descubiertos, el acceso al cultivo también estaba protegido. Para entrar, se tenía hacer por el granero de la finca a través de una trampilla camuflada, que daba acceso mediante un complejo sistema de túneles a un laboratorio indoor de marihuana. Los investigadores, una vez comprobaron la existencia de la plantación, contrastaron el consumo eléctrico. Los informes técnicos de la compañía demostraron la defraudación de luz, con un amperaje muy elevando, y que ascendía por encima de los 40.000 euros. Así, pues, los agentes de la Policía Nacional junto con los de la Policía Local de Sant Feliu de Guíxols realizaron la entrada y registro del interior de la masía.
Más de 35 kilos de marihuana para exportar a Europa
Durante el registro, confiscaron más de 35 kilos de cogollos de marihuana envasados al vacío y preparados para vender en paquetes de un kilo cada uno. Estos se introducían previsiblemente por parte de grupos criminales en dobles fondos de vehículos con la intención de transportarlos a países centro europeos donde se puede extraer un mayor beneficio de las mercancías. Con todo esto, los agentes detuvieron a un hombre de nacionalidad neerlandesa, a quien se le imputa un delito contra la salud pública y la defraudación del fluido eléctrico. El individuo ya ha sido puesto a disposición judicial.