Las rotondas se han convertido en uno de los elementos más utilizados para regular el tráfico e impedir que, en cruces con mucha circulación de vehículos o en el que confluyen muchas calles o carreteras, haya atascos, problemas y accidentes. Sin embargo, a veces, el hecho de circular por una de estas rotondas acaba provocando lo que se quiere evitar, ya que muchos conductores lo hacen de manera incorrecta, arriesgándose a provocar algún choque y a ser sancionados con multas e, incluso, a las pérdidas del carné. Casi todo el mundo lo ha hecho alguna vez y, según la DGT, uno de cada tres conductores comete alguna infracción habitualmente cuando circula por una rotonda.

Las infracciones más peligrosas en las rotondas

En reiteradas ocasiones, la DGT ha explicado y ha hecho trabajos de concienciación sobre cómo se tiene que circular correctamente a las rotondas, pero, sin embargo, los conductores siguen cometiendo infracciones. La principal vulneración del reglamento es entrar en la intersección sin respetar la prioridad de paso. En este sentido, es obligatorio dejar pasar los que ya están dentro, porque si no podrían obligar a frenar bruscamente y provocar un choque en cadena. Incumplir esta norma puede suponer la pérdida de cuatro puntos del carné y una multa de 200 euros. El hecho de cambiar de carril dentro de la glorieta sin señalizarlo o sin mantener la distancia adecuada, puede tener el mismo efecto y también se sanciona con 200 euros.

Circula con una velocidad excesiva, poniendo en riesgo el resto de vehículos que circulan por la rotonda o posibles peatones que estén cruzando un paso de peatones a la salida de esta, se puede considerar como conducción temeraria, con una multa de 500 euros y la retirada de seis puntos del carné. Salir de la rotonda de manera incorrecta desde el carril interior y obligando a los que circulan por el carril exterior, tiene exactamente la misma sanción de 500 euros y seis puntos menos en el carnet de conducir. Por último, en las salidas de las rotondas, también hace falta tener en cuenta que hay que dar prioridad a los ciclistas o motoristas y mantener la distancia adecuada con ellos, ya que se consideran los usuarios más difíciles de detectar y más vulnerables en la circulación.