El caso Daniel Sancho ha vuelto a dar un giro. Sus abogados españoles, Carmen Balfagón y Ramón Chippirrás, han elaborado un informe en el que analizan al detalle cada uno de los artículos que el hijo de Rodolfo Sancbho compró para, presuntamente, matar y descuartizar al cirujano colombiano Edwin Arrieta durante unas vacaciones en la isla Koh Phangan, en Tailandia. Según la policía de este país del sureste asiático, la adquisición de ciertas herramientas, en concreto una sierra y un cuchillo de grandes dimensiones, confirmaba la premeditación del crimen. Sus representantes legales lo cuestionan, afirmando que su cliente utilizaba estos utensilios en calidad de chef.

Según ha avanzado El Mundo, la carrera profesional de Sancho tras los fogones, así como su costumbre de "desplegar su vocación por la cocina allá donde fuera", son pruebas fehacientes de que compró tanto el cuchillo como la sierra para su uso en cocina. En este sentido, la firma Balfagón-Chippirrás ha comparado las herramientas que el chef español utilizó durante el asesinato de Arrieta con otros que utilizaba habitualmente durante su trabajo. "El cuchillo que la Policía nos enseña se corresponde con uno de características similares a los utilizados por Daniel en la cocina".

Con respecto a la sierra, han asegurado que el modelo comprado por Sancho es uno que se utiliza para abrir cocos y otras frutas como el durian, muy popular en Tailandia. "Si quiere descuartizar un cadáver, según sus conocimientos como chef, no compra la sierra que señala la Policía; hubiera comprado la sierra propia utilizada en cocina para cortar piezas de carne", han explicado en el informe, que también han acompañado de fotografías para respaldar sus argumentos.

Asesino confeso

Daniel Sancho admitió haber matado y descuartizado a Edwin Arrieta a principios del pasado agosto. Desde el día 7 de aquel mes que se encuentra en la prisión de Koh Samui a la espera de que empiece el juicio contra él. Según su declaración, puso fin a la vida del cirujano durante una pelea que empezó por unas supuestas amenazas y coacciones a las que Arrieta le tenía sometido desde hacía tiempo, y que incluían la difusión de unas imágenes íntimas de Sancho, o hacerle daño a su familia.

Desde que se hizo público el crimen, hace más dos meses, el caso ha estado rodeado de muchas incógnitas, giros de guion y declaraciones sorprendentes, como el del hombre que, hace unas semanas, aseguró haber sufrido acoso por parte de la víctima hace 15 años, u otro que decía que Sancho lo agredió hacía tiempo. Daniel Sancho podría enfrentarse a la pena de muerte o, en el mejor de los casos, a cadena perpetua por el asesinato y posterior descuartizamiento de Edwin Arrieta.