Los Mossos d'Esquadra han detenido a un ladrón poco ambicioso en Lloret de Mar, en la Selva. El delincuente se coló el pasado jueves 16 de octubre en un bar, se llevó dos tarjetas de crédito y las usó para gastarse unos 30 euros en tabaco y dulces. El hombre, de 25 años, fue detenido rápidamente, ya que no esperó a gastarse el dinero de las tarjetas cerca de la zona donde había cometido el delito. Según ha podido saber ElCaso.com, el detenido era un hombre de origen marroquí que tenía casi una cincuentena de antecedentes y, debido a esto, el juez responsable del caso decretó su ingreso en prisión, una valoración que no suele tener lugar en nuestro país, donde se permite que los ladrones roben y acumulen antecedentes como si nada sin enviarlos a prisión.

Los hechos tuvieron lugar pocos minutos antes de las ocho de la mañana, en un bar musical situado en el Paseo de Camprodon i Arrieta, cerca de la playa. El hombre forzó una ventana del local, entró, cogió tres teléfonos móviles, dos tarjetas de crédito y dinero en efectivo y huyó de allí. Tampoco fue muy lejos, ya que mientras los policías investigaban por la zona, buscando al sospechoso que aparecía en los vídeos de las cámaras de seguridad, recibieron un aviso de que se estaban utilizando las tarjetas robadas para hacer algunas compras de poco valor, de unos treinta euros en total, como dieciocho euros en un estanco, o unos cuatro euros en una pastelería, entre otros. También se intentó utilizar la tarjeta en un bar, pero no fue posible porque el propietario ya la había anulado.

Detenido y camino a la prisión

Los agentes desplazados encontraron rápidamente a un chico que se parecía al sospechoso que habían grabado las cámaras de seguridad del bar, lo registraron y le encontraron encima los móviles y las tarjetas que había robado en el bar. Los policías quisieron detener al hombre, que claramente estaba relacionado con los hechos, pero el ladrón se resistió, les amenazó y creó disturbios, por lo que, cuando los agentes lo pudieron reducir y detener, se le acusó no solo de robo con fuerza y estafas bancarias, sino también de un delito de resistencia y desobediencia a los agentes de la autoridad. Finalmente, pasó a disposición judicial y, después de ver que con tan solo 25 años ya acumulaba casi 50 antecedentes, se decidió que era el momento de que ingresara en prisión.