"Desaparecidas 4 personas en la playa de Calafell", este mensaje, este fin de semana, enviado por una conocida periodista de RAC1, ponía en alerta a todo el mundo. Se enviaba desde la playa, en Calafell, en el Baix Penedès (Tarragona), y se acompañaba de una fotografía a primera línea de mar con cuatro sillas de playa y dos parasoles sin nadie. La segunda parte del mensaje, que se ha hecho viral y ya acumula miles de likes y casi 500 retuits, ayudaba a entender el mensaje. Eva Catalán aseguraba: "Preocupación máxima por si sus santos cojones revientan en algún chiringuito próximo de la zona".
Misterio medio resuelto. Los cuatro bañistas no habían sido, parece, engullidos por el agua del mar, que estaba calmada en este punto del Baix Penedès, sino que habían ocupado la primera línea de mar con parasoles y cuatro sillas de playa a primera hora y después se habían marchado, dejando sus pertenencias, para evitar perder el lugar. Con gracia, la periodista y productora del Islàndia de RAC1, denunciaba una situación que parece habitual en las playas catalanas y que es esta ocupación irregular del espacio público con sillas y otros artefactos para reservar espacio en la playa —a pesar de haberse marchado a comer o a hacer un champú o clara al chiringuito más próximo.
El mensaje de Catalán, publicado a las dos del mediodía del día de Sant Joan, empezó a correr como la pólvora por Twitter. Decenas de personas también enviaron imágenes de otras situaciones parecidas, algunas antiguas, pero también en Calafell, donde se veían como mínimo quince sillas con la misma estrategia que la que denunciaba la periodista de RAC1.
"Bañistas invisibles"
Parece que no es la primera vez que pasa. Los usuarios han ido publicando fotografías de este tipo de personas con morro que se dedican a ocupar la playa con sillas y parasoles para evitar perder el sitio. Algunos los han bautizado como "bañistas invisibles" y han pedido colaboración a expertos en cosas extrañas, como Iker Jiménez. Algunos usuarios de Twitter han preguntado si podían estar andando y dando un paseo por la arena, pero la periodista parece que tiene la respuesta. Imposible. ¿De 11 a 15 h? Extraño, cuando menos.
¿Y cómo se puede solucionar?
Las soluciones a esta ocupación irregular de la playa de todos parece que ya están escritas. Las decenas de personas que han contestado al tuit de Eva Catalán tienen claro qué hacer. Algunos de ellos optan por retirar las sillas si en un tiempo prudencial nadie se sienta. También optan por tirarlas al mar —los más radicales— o activar a la brigada municipal con el fin de retirarlas y confiscarlas, y solo devolverlas a cambio del pago de una multa de 5 euros —los más moderados—. Veremos si Calafell opta por alguna de estas soluciones para evitar estos sustos de bañistas invisibles.