La Policía Nacional ha detenido a un hombre español de unos 40 años que había convertido dos chalets de Riudarenes, en la Selva (Girona), en dos fortines llenos de marihuana y armas blancas videovigilados con cámaras de seguridad. Como en muchas de las plantaciones ubicadas por todo Catalunya, la colaboración ciudadana ha sido clave para desmantelar estos cultivos. El cuerpo policial recibió el aviso que se estaban produciendo sobrecargas en la red eléctrica que provocaban cortes de luz aen la urbanización de Can Fornaca y se abrió una investigación para determinar que lo provocaba. Así pues, después de varias indagaciones, la brigada provincial de la policía judicial comprobó que el origen de todo eran dos casas donde se estaba cultivando marihuana.
Dos fortines con marihuana y armas blancas
Los investigadores pudieron comprobar que los dos chalets habían sido convertidos en una especie de fortín para intentar que no los descubrieran. Había instaladas cámaras de videovigilancia que controlaban el tráfico de personas y vehículos por el exterior de las viviendas. Además, también había instaladas alambradas en torno a la finca y las puertas habían sido reforzadas para dificultar el acceso. Si eso no fuera poco, dentro también se habían hecho modificaciones para que no se descubriera que se estaba cultivando droga, con todas las salas aisladas y totalmente equipadas para garantizar el crecimiento de las plantas.
Finalmente, sin embargo, los efectivos de la Policía Nacional acabaron encontrando las plantaciones y, después de recibir el visto bueno judicial, procedieron a hacer una entrada y registro con la colaboración de la Unidad de Intervención Policial de Barcelona y también la Guàrdia Municipal de Riudarenes. En uno de los chalets, los agentes pudieron acceder fácilmente y detener al responsable de las dos plantaciones, un hombre con varios antecedentes por tráfico de drogas y también por delitos contra la seguridad vial, mientras que en el otro tuvieron que entrar por una ventana porque la puerta contaba con un refuerzo adicional.
Dentro de las dos viviendas, los agentes encontraron dos ballestas con 63 flechas de caza y también armas blancas como un machete con una hoja de 43 centímetros o un puño americano, junto con más de 2.000 cartuchos de diferentes calibres para armas de fuego. Con respecto a la droga, se pudieron intervenir 118 plantas de marihuana de unos 70 centímetros y que estaban en fase media de floración, además de encontrar 2,5 kilos de peladura de marihuana escondida en el congelador. También se comprobó que tenía la luz pinchada y, según los cálculos de la compañía eléctrica, habría defraudado más de 50.000 euros de luz entre las dos viviendas.