La Guardia Civil ha decidido reabrir el caso de la desaparición de Malén Ortiz, la chica de 15 años a quién se tragó la tierra el 2 de diciembre del 2013 cuando se dirigía a casa de su novio en Son Ferrer, Mallorca. Los investigadores han recibido una pista de José Ruiz, el vecino de Su Porrassa que, casi una década después del suceso, sigue siendo el principal sospechoso de haber secuestrado a la joven: sabe dónde está enterrado el cuerpo de Malén.

El hombre, de 65 años, está ingresado en un centro psiquiátrico diagnosticado de un trastorno deleitando crónico. Según ha adelantado el Diario de Mallorca, Ruiz habría confesado a varias personas de su entorno que sabía dónde está enterrada la joven, y fueron estas personas las que avisaron a los agentes de la Benemérita. A pesar de su diagnosis, desde la Guardia Civil decidieron dar credibilidad a su relato, y el juzgado número 1 de Palma autorizó las excavaciones que se han llevado a cabo durante esta semana en una finca próxima al sitio donde fue vista por última vez la joven.

No admite el secuestro

A pesar de haber asegurado saber el paradero del cuerpo, José Ruiz ha negado en todo momento la autoría del secuestro y del asesinato de la chica. Los investigadores sospecharon de él desde el primer momento después de la desaparición de Malén, dado que el hombre residía en una casa de campo cerca del camino de Cala Figuera, por donde caminaba la joven la última vez que fue vista. Varios vecinos de la zona explicaron a los agentes que Ruiz había molestado a chicas muy jóvenes que pasaban por allí, diciéndoles obscenidades e incluso persiguiéndolas por la calle.

Esta fijación con chicas jóvenes se confirmó después de realizar una entrada y registro a su domicilio. Al analizar su ordenador, los investigadores encontraron una serie de mensajes del chat de Facebook que envió a una niña de solo ocho años, de claro contenido sexual, además de múltiples imágenes de pornografía infantil. No obstante, no encontraron nada en su casa que le pudiera relacionar directamente con la desaparición de Malén, y nunca fue detenido.

Una desaparición con muchas incógnitas

El día que se esfumó, Malén Ortiz tenía previsto llegar a casa de su novio para comer. Cogió el autobús con su patinete verde, y bajó en una parada de Magaluf desde donde continuó a pie. Una cámara de seguridad de un vivero de Sa Porrassa la grabó a las 15:15 horas. Después de eso, ya no la volvieron a ver nunca más. Aparte de la casa de José Ruiz, la Guardia Civil también registró un campo de golf próximo, así como la playa y los acantilados de los alrededores, sin éxito. Aunque las excavaciones de estos días no han llevado a nada, la investigación continúa abierta después de diez años, con la esperanza de poder averiguar qué le ocurrió a Malén Ortiz aquel 2 de diciembre.