Agentes de la Guardia Civil han detenido un conductor kamikaze que este pasado sábado generó el caos en Murcia después de circular durante más de 40 kilómetros en sentido contrario y a toda velocidad. El hombre iba completamente borracho y conducía zigzagueando entre los carriles para intentar hacer fuera de la carretera a los vehículos policiales que lo perseguían. Finalmente, acabó chocando contra un guardarraíl intentando evitar un control policial que habían montado para pararlo.

Varios conductores avisaron a los cuerpos de seguridad la madrugada del pasado sábado sobre un conductor que circulaba a toda velocidad y por el carril contrario en la carretera RM 12. Rápidamente, se activaron dos motocicletas y una patrulla de la Guardia Civil, que se consiguieron situar en paralelo en el conductor, a más de 190 km/h y hacerle señales acústicas y lumínicas para indicarle que se tenía que detener. Ante la negativa del hombre a parar, una segunda patrulla se adelantó para alertar el resto de conductores en las entradas y salidas de la carretera. Eso no evitó que una veintena de vehículos tuvieran que maniobrar bruscamente para no accidentarse con el conductor kamikaze.

Después de unos cuantos kilómetros de persecución, el hombre se desvió hacia la autopista AP-7, donde también empezó a conducir en sentido contrario. Allí, varias patrullas de la Guardia Civil montaron control en las salidas. En una de ellas, intentó embestir a los policías, que llegaron a apartarse a tiempo. El coche consiguió salir de la autopista AP-7 para ir a coger la autovía A-30, pero lo pudieron parar en la rotonda de entrada, cortándola con varios vehículos patrulla y haciendo que el conductor kamikaze chocara contra la valla metálica de seguridad.

El conductor kamikaze duplicaba la tasa de alcoholemia permitida

Una vez detenido después de la peligrosa huida, los policías le hicieron la prueba de alcoholemia, que dio 0,46 miligramos por litro de aire expirado, casi el doble de los 0,25 que están permitidos. El hombre, de 50 años, fue arrestado por un delito contra la seguridad vial para conducir un vehículo motorizado con una temeridad comprobada, poniendo en peligro la vida del resto de conductores, hacerlo en sentido contrario y completamente bebido.