Coger el coche bebido puede comportar graves consecuencias, incluso, puede acabar con la vida de una persona. El conductor de un Volkswagen Polo, que se había pasado la noche de copa en copa, tuvo mucha suerte este sábado, ya que, no solo no atropelló a nadie, sino que él mismo también salió ileso del accidente que provocó dentro del núcleo urbano de Castelló d'Empúries, en Girona. Cuando faltaban pocos minutos para la medianoche, esta persona se saltó una rotonda a toda velocidad y se estrelló contra una farola que había en medio con tanta fuerza que la tumbó.
Varias personas que se encontraban en la terraza de un bar avisaron a los servicios de emergencias de que un coche se acababa de subir a una rotonda y se había estampado contra una farola. Desde el 112 activaron una patrulla de la Policía Local de Castelló d'Empúries que se desplazó hasta el lugar. Cuando llegaron, se encontraron con que los testigos habían cogido algunas sillas y las habían colocado a lo largo de la vía a modo de conos para regular el tráfico y evitar que pasaran los coches por allí.
El conductor, por su parte, no había sufrido lesiones, y la única cosa que lo afligía era el estado de embriaguez en el cual se encontraba. Como presentaba evidentes signos de ir borracho, los agentes lo sometieron a una prueba de alcoholemia que dio un resultar positivo. En concreto, mostró 0,97 miligramos de alcohol por litro de sangre, casi cuadruplicando la tasa mínima permitida por la ley, que se sitúa en 0,25 miligramos.
Detenido por un delito contra el tráfico
Por todo eso, los policías detuvieron al hombre acusado de un delito contra la seguridad vial, y lo llevaron a comisaría. También lo denunciaron penalmente. Ahora, el hombre se encuentra a la espera de ser citado por el juez de guardia para declarar.