El despiste de un conductor de autobús escolar ha sido fatal para una niña de 4 años usuaria del servicio. El conductor del vehículo dejó a la pequeña encerrada por error, y ahí permaneció durante siete horas en uno de los días más calurosos registrados en Hungría, donde ha tenido lugar el trágico suceso. El interior del autobús alcanzó temperaturas de 50 °C, que dejaron a la niña en un estado de salud tremendamente grave y vulnerable. Finalmente, la niña ha muerto a causa de esta imprudencia.
El trágico suceso tuvo lugar la mañana del pasado lunes trece de junio, en la localidad húngara de Tomajmonostora. La niña, que fue rescatada ese mismo día, ha estado ingresada durante tres días en el hospital en un estado muy grave, pero, desgraciadamente, los servicios sanitarios no han podido hacer nada para salvarle la vida, según ha sabido el ABC.
La niña subió al autobús para acudir al colegio, y no salió de él hasta siete horas después
Eran las ocho y media de la mañana en lo que debía ser un lunes normal. Flora Inez, la pequeña de cuatro años, subió al autobús escolar que, como cada mañana, la llevaba hasta la guardería junto a sus compañeros de clase. Al llegar a la escuela, el conductor aparcó el vehículo y todos los infantes bajaron del autobús, para después cerrar las puertas y dejarlo ahí hasta que finalizaran las clases. El hombre no se dio cuenta de que no todos los niños habían salido, ni de que en el interior del vehículo estaba Flora.
Siete horas de agonía
La pequeña Flora estuvo encerrada dentro del autobús durante siete horas, en uno de los días más calurosos registrados en el municipio. De hecho, las temperaturas del interior del vehículo alcanzaron los 50 °C de temperatura, y aunque no ha trascendido si la pequeña tenía o encontró agua, lo cierto es que no habría bastado para aguantar siete horas en el autobús. La niña intentó llamar la atención de algún adulto haciendo señas y golpeando las ventanas, pero nadie la vio.
Encontraron a la pequeña inconsciente
Transcurridas siete horas, las puertas del autobús se abrieron y fue en ese instante cuando encontraron a Flora inconsciente, pero todavía viva. Rápidamente, alertaron a los servicios médicos para que la atendieran y la trasladaran a un hospital. La niña había sufrido un fuerte golpe de calor, además de deshidratación. Cuando los servicios de emergencias llegaron, trasladaron urgentemente a la pequeña en helicóptero hasta el hospital, si bien su estado era "potencialmente mortal".
Flora ha pasado los últimos tres días ingresada en el hospital, entre la vida y la muerte, hasta que desgraciadamente ha fallecido este viernes. Los médicos que la han atendido han explicado a los medios locales que el cuerpo de la niña, al calentarse tanto, empezó a sudar hasta tal punto que se secó, ya que la pequeña exhaló toda el agua de su cuerpo. Los medios húngaros también han recogido que el conductor del autobús, un hombre de 56 años, sufrió una crisis nerviosa y está actualmente en tratamiento psicológico por los hechos ocurridos.