La Audiencia de Lleida ha condenado a 22 años de prisión a Pierre Rico, el hombre francés que, en septiembre de 2022, mató a cuchilladas a su compañero de piso en el barrio de Cappont de la capital del Segrià. El tribunal lo ha declarado culpable de un delito de asesinato en que aprecia alevosía y ensañamiento, pero con la atenuante por embriaguez. En cambio, lo ha absuelto de los dos delitos de amenazas de los cuales también estaba acusado. Además, en concepto de responsabilidad civil, tendrá que indemnizar a los familiares de la víctima con 71.300 euros.

Asesinato con alevosía y ensañamiento

Los hechos tuvieron lugar en septiembre de 2020, cuando Rico mató a su compañero de piso clavándole un total de 17 cuchilladas mientras estaba durmiendo. Posteriormente, hizo una videollamada con sus hermanos, que viven en Francia, y les confesó el crimen a la vez que les enseñó el cadáver de la víctima tapado con una sábana blanca. Uno de los hermanos fue quien dio la alerta a los Mossos d'Esquadra, que al llegar al piso encontraron el cuerpo sin vida del hombre. El presunto autor, sin embargo, no estaba. Después de varias investigaciones lo pudieron detener en Francia, donde había huido después de cometer el crimen.

En la sentencia de la Audiencia de Lleida, considera probado que mató a su compañero de piso y aprecia las agravantes de alevosía y ensañamiento. Según el tribunal, Rico sabía que su compañero de piso no se podía defender y lo atacó con la intención de hacerle todo el daño posible. En este sentido, apunta que es "evidente que la multitud de heridas eran totalmente innecesarias" para causar su muerte. En cambio, también declara probado que había consumido alcohol y tenía sus capacidades afectadas, motivo por el cual se le ha aplicado la atenuante por embriaguez.

Absuelto de las amenazas a sus hermanos

Mientras ha sido condenado a 22 años de prisión por el asesinato, el tribunal lo ha absuelto de los dos delitos de amenazas a los cuales se enfrentaba. Según la fiscalía, el hombre hizo la videollamada posterior al crimen a sus hermanos amenazándoles con que si no le dejaban dinero les haría lo mismo. En cambio, como en su declaración el hermano del acusado se contradijo y no podía asegurar si las amenazas se habían llegado a producir, el tribunal considera que no se ha podido probar y han decidido absolverlo.