Sheila O'Leary, la madre de 38 años acusada de haber matado de inanición y desnutrición a su bebé, de solo dieciocho meses de vida, ha sido condenada a cadena perpetua por parte de las autoridades judiciales del estado de Florida, una condena que llega después de un largo proceso judicial y que muchos ciudadanos estadounidenses han aplaudido. La mujer, que es vegana y seguía una estricta dieta, impuso los mismos hábitos alimentarios a su hijo pequeño, llamado Ezra; la dieta del menor consistía en comer únicamente verdura cruda y fruta, alimentación que a veces era complementada con leche materna. Ahora, ella ha sido condenada a pasar el resto de su vida entre rejas, y se espera que su marido, Ryan O'Leary, reciba la misma condena en los próximos días.

O'Leary fue acusada de maltrato infantil agravado, homicidio involuntario y maltrato infantil, así como de dos cargos de negligencia infantil. Finalmente, el tribunal la ha encontrado culpable de todos ellos, motivo por el cual la ha sentenciado a cadena perpetua. Ryan Patrick O'Leary, el marido de Sheila, está acusado de haber cometido los mismos delitos.

El bebé, que murió a los 18 meses de vida, pesaba solo ocho kilogramos y parecía un bebé de siete meses

Los hechos se remontan en el mes de septiembre del año 2019, cuando el matrimonio O'Leary, residente en la localidad de Cape Coral (Florida, Estados Unidos de América), llamó a los servicios de emergencias médicas al ver que su hijo más pequeño, Ezra, de solo dieciocho meses, no respiraba. A pesar de los intentos por reanimarlo, los sanitarios únicamente pudieron certificar la muerte del menor y alertar a las autoridades del sucedido a fin de que investigaran los hechos. Al practicar la autopsia al pequeño, los forenses comprobaron que el bebé presentaba un serio cuadro de desnutrición: en el momento de su muerte, el pequeño pesaba tan solo ocho kilogramos, en lugar de 11,5, que es el peso medio para los bebés de esta edad, y que su aspecto parecía el de un bebé de siete meses, y no el de un niño de un año y medio de vida. Por este motivo, se inició una investigación policial que, tres años después, se ha saldado con la condena ejemplar de su madre, la cual se espera que sea la misma por el padre.

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El matrimonio O'Leary, formado por Sheila y Ryan, imponía una estricta dieta vegana a sus hijos. / Foto: Lee County Sheriff's Office

Una dieta a base de verdura cruda, fruta y leche materna

Los O'Leary son un matrimonio muy concienciado con la crueldad animal y estrictos seguidores del veganismo, tanto, que han querido imponerlo a todos sus hijos. Nada más llegar al mundo su hijo Ezra, los padres le impusieron una severa dieta vegana, basada únicamente en la ingesta de verdura cruda y fruta, siendo los principales alimentos los aguacates, plátanos y mangos, aunque a veces se complementaba con leche materna. Eso ha llevado al hecho de que el pequeño no se desarrollara correctamente y, finalmente, muriera a causa de inanición y desnutrición o, como lo ha llamado Francine Donnorummo, la fiscal del caso: "Este niño no comía. Estuvo muriendo de hambre durante 18 meses".

El matrimonio O'Leary tiene tres hijos más, que también estaban sometidos a la estricta dieta vegana

El matrimonio O'Leary, formado por Sheila y Ryan, tenía un total de cuatro hijos, de once, cinco y tres años, y el más pequeño de ellos era Ezra, de dieciocho meses. Los otros niños, que afortunadamente no han vivido el mismo destino que su hermano pequeño, también han sido sometidos por sus padres a la estricta dieta vegana que seguían. Eso ha provocado que los tres pequeños también hayan visto su estado de salud físico y cognitivo deteriorado; de hecho, uno de los hijos del matrimonio ha sido diagnosticado de discapacidad mental después de consumir la misma dieta que su difunto hermano.