La guerra contra el top manta ha llegado a Roses. Después de los graves disturbios que se vivieron en Salou a mediados de junio, con grupos de manteros atacando a la policía después de una redada contra la venta ambulante de productos falsificados, el ayuntamiento de este municipio del Alt Empordà no ha dudado en tomar medidas contundentes para evitar que el paseo de Santa Margarida acabe convertido en un Gran Bazar. Junto con la prohibición de circular por el paseo con patinetes, bicicletas y triciclos -restricción que se puso en marcha el pasado 14 de abril y seguirá hasta el 30 de septiembre- se ha sumado la más importante: multar a las personas que compren en estos puestos, improvisados con mantas y toallas, ropa y accesorios falsos, calcos prácticamente perfectos de conocidas marcas de lujo y equipaciones deportivas.

De hecho, entre Semana Santa y Sant Joan ya se ha sancionado con 300 euros una decena de personas que han adquirido productos falsificados a los top manta, a pesar de la prohibición expresa de compra; en este sentido, a lo largo de toda la calle se ha incrementado el número de señales que advierten contra esta práctica, así como las patrullas y acciones coordinadas de los diferentes cuerpos de seguridad. A pesar de todo, sigue habiendo vendedores ambulantes -el verano pasado se contabilizaron un total de 287 mantas, lo que supone entre 800 y 900 vendedores- que ofrecen sus productos de dudosa procedencia.

Se ha incrementado la señalización que informa sobre la multa de 300 euros por comprar en el top manta / Maria Garcia, ACN.

El alcalde de Roses, Josep Maria Martínez, ha explicado que estas medidas tienen como objetivo "recuperar el espacio y dar sensación de control". "Haremos todo lo que sea posible para evitar que se pongan", ha asegurado y ha añadido que son conscientes del hecho de que "ellos no son personas pacíficas, son más bien personas violentas y, por lo tanto, será inevitable que haya alguna situación similar a la que ya hemos vivido", en referencia a la pelea que se vivió a finales de junio: Quizás es un pequeño peaje que tendremos que pagar para conseguir eliminar el top manta", ha concluido.

Batalla campal entre los manteros de Roses por el control del territorio

La presencia de los top manta no supone solo un delito contra la propiedad industrial y el Código de Consumo de Catalunya, sino también un verdadero peligro público, tal como puso de manifiesto la batalla campal que, el pasado 30 de junio, enfrentó a varias personas, vendedores de top manta, por el control del territorio, según adelantó ElCaso.com. Más de una decena de personas, de origen subsahariano los de un bando, y magrebíes, los del otro, acabaron a puñetazos en medio del paseo marítimo de Roses para ver quién extendería allí sus mantas.


La cosa acabó con la intervención de los Mossos d'Esquadra que dispersaron a los alborotadores. Algunos, los que no habían salido corriendo, pudieron ser identificados, pero no se hizo ninguna detención, aunque los hechos quedaron bajo investigación.