Los Mossos d'Esquadra realizaron un dispositivo para detener a un hombre de Balaguer (Lleida) que, desde el mes de enero, tenía que ingresar en la cárcel a causa de una orden judicial, pero que se resistía a ser internado y a quedar privado de libertad durante seis años, el tiempo que pedía la condena.
Los hechos se remontan en 2019, cuando el detenido, la edad y la nacionalidad del cual los Mossos no han querido comunicar, se acercó en la calle que da con el patio del centro penitenciario de Ponent, en Lleida, e interactuó con un amigo suyo, también vecino de Balaguer, que estaba interno, según ha informado el diario La Mañana. Pensando que no sería descubierto, el detenido tiró unos objetos al patio de la cárcel y acto seguido se marchó. Lo que no sabía el individuo es que los Mossos d'Esquadra tienen una Unidad de Prisiones que controla cada centro penitenciario, tanto a través de las cámaras de seguridad como con la vigilancia de los agentes, entre otras tareas.
El agente de los Mossos que trabajaba aquel día pudo observar en directo, a través de las cámaras de seguridad, como el individuo tiraba los dos objetos, y lo detuvieron. Además, iniciaron una investigación y comprobaron que se trataba de un teléfono móvil y una bola de droga que contenía hachís y cocaína.
Delito contra la salud pública
Un año más tarde, en el año 2020, el caso llegó a juicio y el juez lo condenó a seis años de prisión por un delito contra la salud pública. Con cero ganas de ir a hacer compañía su amigo a Ponent, el individuo presentó diferentes recursos, pero finalmente en enero de 2025 se dictó una orden definitiva de ingreso a la prisión. El hombre, sin embargo, no fue al centro penitenciario el día que le marcó al juez.
Los Mossos d'Esquadra, finalmente, abrieron una investigación para localizar al fugitivo y, este miércoles, 24 de septiembre, tres furgonetas de ARRO se desplegaron en el barrio del Ferial de Balaguer para detenerlo y trasladarlo al centro penitenciario, donde tendrá que cumplir la condena que tenía pendiente.