La Guardia Urbana de L'Hospitalet de Llobregat se ha encontrado, sin buscarlo, con un gran enigma que, de momento, continúa sin respuesta. Dos hombres intentaron escapar de un control y, después de una intensa persecución, se les pudo cazar. Hasta aquí nada especialmente extraño, pero al recoger una bolsa que los fugitivos habían tirado, encontraron dentro ni más ni menos que 136.000 euros en billetes de todo tipo, grandes y pequeños. La investigación se ha derivado a los Mossos d'Esquadra, pero, por ahora, no se sabe de dónde ha salido todo este dinero y los ladrones no han confesado nada al respecto. Desde la Guardia Urbana no se han revelado más detalles sobre los detenidos, como la edad, antecedentes o nacionalidad.

Los hechos tuvieron lugar el pasado miércoles 17 de septiembre por la noche, durante un control de paso en la plaza de l’Alzina, en el barrio de Pubilla Cases. Una Unidad de Distrito indicó a los ocupantes de un vehículo que pararan el coche para pasar por el control rutinario, y, en lugar de obedecer a los agentes, el conductor hizo todo el contrario y aceleró a todo trapo para escapar de la zona, iniciando así a una persecución por el municipio. Sin perder el tiempo, los policías se lanzaron detrás de los fugitivos, y los pudieron perseguir con el coche hasta que el vehículo fugitivo se quedó atascado entre el tráfico en una esquina. Los dos ocupantes bajaron del coche cargados con una bolsa y empezaron a correr, imitados por los agentes, que los seguían, acercándose cada vez más.

136.000 euros en una bolsa

Viendo que los iban a cazar, uno de los ladrones tiró la bolsa con la que cargaba al lado de un contenedor, sin parar de correr, pero eso no distrajo a los policías, que les siguieron la pista hasta que los pudieron atrapar. Una vez capturados, se arrestó a uno de los ocupantes del vehículo por un delito de atentado y desobediencia a la autoridad. Después de reducirlos, fueron a recuperar la bolsa que habían tirado, y se encontraron con una enorme sorpresa: dentro había 136.000 euros. Los ladrones no confesaron nada, y la Guardia Urbana derivó el caso a los Mossos d'Esquadra, cuerpo que lo está investigando para descubrir de dónde provienen.