Un hombre de 35 años, holandés, vigilado por la policía nacional de su país, ha llevado a la policía española a descubrir, en Amposta, capital del Montsià (Tarragona), la cocina de droga sintética MDMA más grande encontrado nunca en el Estado español y uno de los mayores hallados nunca en Europa. Desde una nave en un polígono medio abandonado, dos cocineros, un hombre que hacía funciones de vigilancia y una mujer que se encargaba de llevarles comida y realizar otras tareas logísticas, generaban grandes cantidades de droga, éxtasis en formato roca, que después, cargada en cajoneras, se exportaba hacia Holanda, donde el consumo es más alto y donde, aunque también existen grandes laboratorios allí, la presión policial ha empezado a hacerles la vida imposible a los narcos autóctonos.

Aquí, en Catalunya, han encontrado la manera de pasar desapercibidos, con un Codi Penal más favorable, con un clima, también, mucho mejor que en su país, y desde donde pueden disimular mejor la llegada de los productos necesarios para cocinar esta droga. El riesgo es alto, hacerlo a tanta distancia —aquí el consumo de MDMA, aseguran fuentes de la lucha contra el narcotráfico de la policía española, es bajo, más centrado en consumos de ocio y fiestas tipo rave—, pero en su país hay un gran consumo, y les acaba saliendo rentable la exportación.


La investigación arrancó con la identificación, en Cambrils, del líder de esta rama de la organización, un hombre que las autoridades de Holanda y la Interpol habían marcado como un objetivo de alto valor y que ya estaba también bajo el radar de la policía española. Cuando se le localizó en Catalunya, el pasado mes de mayo, fue detenido y se realizaron registros, también en Holanda, donde se halló material para fabricar esta droga. El hombre, de 35 años, ingresó en prisión. Mientras tanto, la investigación continuó y las unidades centrales de la Policía Nacional, especialistas en la lucha contra el narcotráfico, pudieron ubicar en Amposta la nave que se había convertido en este laboratorio, al más puro estilo Breaking Bad, la famosa serie.

Laboratorio en Amposta

El pasado 24 de junio, día de San Juan, los investigadores que seguían la pista de las personas cercanas al líder que quedaban en nuestro país detectaron cómo una mujer se reunió con dos hombres, los dos que después se ha sabido que eran los cocineros. A pesar de las grandes medidas de seguridad que tomaron, cometieron un error: pasaron por una tienda a comprar cajoneras y luego fueron hasta el laboratorio. Llevaron a la policía hasta la nave clave. Al día siguiente se activó un dispositivo para desmantelar lo que se creía que era el laboratorio desde donde cocinaban la droga, y acertaron.

Lo que se encontraron los investigadores superó las expectativas. Justo al reventar la puerta, quedaron sorprendidos por la magnitud del laboratorio, con una capacidad, aseguran, de fabricar 100 kilos de MDMA cada semana. Estaba organizado en seis habitaciones diferenciadas, para cada uno de los procesos que requiere esta droga, para pasar de líquido a sólido, que es como se acababa distribuyendo. Es una droga que, en formato polvo, estilo azúcar, se lame o se mezcla con bebida.

La droga hallada en Amposta supera los 30 millones de euros / GRS

La policía encontró seis reactores, destiladores y otras máquinas destinadas a la fabricación de esta droga. Además, también droga ya lista para el consumo, más de 500 kilos, y también más de 700 kilos de aceite de MDMA, un producto que, tratado, podría haber llegado a convertirse en una tonelada de MDMA en roca. Nunca se había hallado, no solo un almacén de esta magnitud, sino tampoco una cantidad tan grande de esta droga ya preparada para ser distribuida. El asalto al laboratorio, justo en el momento oportuno, ha permitido sacar de circulación la droga y, a la vez, también desmantelar la plataforma que habían instalado en nuestro país y que podría haber generado miles y miles de kilos de droga. La droga intervenida supera los 30 millones de euros en el mercado negro.

Cuatro de los detenidos, en prisión

Durante toda la operación, liderada por la UDYCO Central de la Comisaría General de la Policía Judicial, se han arrestado cinco personas, cuatro de las cuales han ingresado en prisión. El líder, el hombre que abrió la pista a la policía española y que tenía vínculos con otras organizaciones criminales en Holanda, donde vendía la droga, y también los dos cocineros y el hombre encargado de la vigilancia de la nave de Amposta. Durante la fase de investigación se pudo saber que, antes de instalar el laboratorio, se realizaron tareas de vigilancia y control de la zona para confirmar que era un buen lugar para ubicar la cocina.

Los dos cocineros, dos hombres sin mucha formación, más allá de haber aprendido la receta que otros hombres —que no han podido ser identificados ni arrestados— les enseñaron, trabajaban de nueve a dos, cada día. Después regresaban a Cambrils. No tenían ningún contacto exterior fuera de la organización criminal, habían venido desde Holanda únicamente para hacer esto y, para evitar ser descubiertos, incluso cambiaban habitualmente de piso. Fuentes policiales han explicado que, si bien no vivían en la nave, como sucede, por ejemplo, con los jardineros de la marihuana, su situación también era precaria y cobraban muy poco por el riesgo que asumían. La investigación sigue en marcha para acabar de dibujar toda la red de esta organización y también las ramificaciones hacia Colòmbia que tenía el líder detenido en el Baix Camp.

Es el laboratorio más grande hallado nunca en Catalunya y en el resto del Estado / GRS

La Policía Nacional ha desarticulado este 2025 seis laboratorios en el Estado. El año pasado, 2024, once. La cifra, parece, pues, que se superará. Los investigadores, uno de los líderes en la lucha contra el narcotráfico a nivel europeo, aseguran que se ha disparado el número de instalaciones como estas en el Estado, un hecho muy preocupante, sobre todo por la ubicación, en Catalunya, del crimen organizado. Esta operación, bautizada como caso Ajax, es también un mensaje. La policía quiere librar la guerra al narcotráfico internacional que encuentra en Catalunya su zona de confort, como ya sucede con la marihuana y también con la cocaína, ha asegurado el delegado del gobierno español, Carlos Prieto. El buen tiempo, las facilidades para entrar y salir, y la fácil conexión con el norte de África y también con América, por los puertos de València, Tarragona y Barcelona, han convertido Catalunya en un narcoparaíso.

La amenaza medioambiental

Las investigaciones policiales, sin embargo, también han puesto sobre la mesa un elemento que hasta ahora no se había tenido en cuenta. De los análisis realizados se constata que la droga, como también sucede con la marihuana, por ejemplo, no se quedaba en Catalunya. Se exportaba hacia Europa. Pero hay dos cosas que se quedan aquí: la violencia —se ha disparado el número de incidentes violentos relacionados con el crimen organizado— y también la afectación medioambiental. La producción de esta droga no es inocua.

Espectacular puesta en escena de la Policía Nacional en Barcelona / GRS

Genera residuos muy perjudiciales para la naturaleza. Evidentemente, no pueden deshacerse de ellos en lugares autorizados, y todos los restos de la fabricación acaban en la naturaleza, ya sea con vertidos organizados o, directamente, en las cañerías. Lo que tienen claro los policías es que los disolventes y el resto de precursores que se han utilizado para fabricar la droga —que llegan a nuestro país camuflados entre contenedores de productos químicos desde China e India— acaban en la naturaleza y, por la zona, también directamente en el río Ebre.