La conductora de 34 años que el pasado 15 de mayo aceleró, todavía por causas que no se conocen, y atropelló a varias personas dejándolas heridas —el último ha recibido el alta hace pocos días, después de meses ingresado— en el exterior del RCDE Stadium, en Cornellà, antes del partido entre el Espanyol y el FC Barcelona, accedió en aquella zona sin saltarse ninguna indicación o control de paso. La mujer, que es residente en la zona, disponía de una etiqueta, fruto de un acuerdo entre el Ayuntamiento de Cornellà y los residentes de la zona, que les permite moverse por el anillo de seguridad del estadio los días de partido para no quedar encerrados en el interior del barrio de la Riera, donde está situado el campo del equipo perico.

No solo estaba dentro de una zona permitida. Un informe del Departament d'Interior, en respuesta a preguntas en el Parlament, al cual ha tenido acceso ElCaso.com, asegura que la mujer —que fue detenida y acusada de delitos contra la seguridad vial, desobediencia y lesiones por imprudencia— no había cometido ninguna infracción previa al incidente y por eso, teniendo en cuenta que tenía permiso para salir de la zona por aquellas calles, los Mossos y la Guàrdia Urbana de Cornellà no la sacaron de la zona antes del atropello. La primera vez que los Mossos tienen conocimiento de que el vehículo estaba involucrado en un problema es cuando agentes de paisà, de la Unitat d'Informació, alertaron por emisora de que el vehículo estaba siendo atacado por un grupo de personas. La conductora se había encontrado en el centro de un grupo de aficionados del Espanyol que estaban haciendo la previa del partido, moviendo contenedores y lanzando pirotecnia, cuando rodearon el coche.

 

Después del aviso por emisora de los agentes de paisà, los mandos de los Mossos activaron a la Brigada Mòbil (Brimo), que ya estaba posicionada en la zona, para entrar y evitar el enfrentamiento contra el coche. Antes de que pudieran llegar los agentes, y tal como se ve en un vídeo que publicó ElCaso.com, la conductora ya embistió a parte de los aficionados, aunque a poca velocidad y sin causar heridos. Poco después de este primer atropello se vio rodeada por agentes de los Mossos, efectivos de la Brimo, equipados con cascos y defensas. Nueve segundos después de ser rodeada por los policías es cuando la mujer, sin que todavía se haya podido aclarar por qué, aceleró contra la multitud, dejando a varias personas heridas. Según el informe de Interior, los Mossos no tuvieron ninguna interlocución con la mujer hasta el momento en que agentes de la Brimo la rodearon, cuando, ya habiendo podido dirigirse a ella, aceleró y atropelló a varias personas. Por suerte, la mayoría de los heridos fueron leves y algunos incluso pudieron ser dados de alta allí mismo tras ser atendidos por el Sistema d'Emergències Mèdiques (SEM). El más grave tuvo que ingresar y hasta hace pocos días seguía en el hospital; ahora se recupera de las heridas en casa.

El informe de los Mossos sobre este hecho también pone de relieve que la permeabilidad del anillo de seguridad alrededor del RCDE Stadium no había generado ningún incidente previo en otros partidos, aunque sí que destaca algunos enfrentamientos o discusiones entre aficionados y vecinos, pero nada que hiciera pensar que era necesario replantear el dispositivo y la manera como se gestionaban los vehículos que entraban y salían de las fincas del barrio de la Riera, junto al estadio del Espanyol. El acceso y circulación por la avenida del Baix Llobregat se cerraba totalmente cuando había personas en medio de la calle y cuando lo pedía el coordinador de seguridad del partido, de los Mossos, de manera coordinada con la Guàrdia Urbana. Se trata "de una restricción, no un cierre ni de entrada ni de salida", se apunta en este informe, que también revela que el coche de la conductora no fue el primero en acceder por aquella calle y, por lo tanto, asegura la policía catalana, "la situación de peligro no era previsible y no había ningún indicio que requiriera valorar un cambio en la ejecución del dispositivo".

Aunque una parte de la grada d'animació del Espanyol pidió suspender el partido contra el Barça después del atropello, y cuando ya había empezado el encuentro, comunicándose con el portero perico, los Mossos aseguran que no era necesario hacerlo. Ni por motivos de seguridad —se descartó rápidamente que se tratara de un atentado terrorista— ni tampoco para evitar más peligro si se hubiera tenido que evacuar el estadio. En un primer momento se desplegaron efectivos de la Brimo de los Mossos que tuvieron que hacer cargas contra los aficionados que querían linchar a la conductora y también para asegurar la zona y permitir la llegada de los efectivos del SEM. Cuando la situación se pudo estabilizar se pidió comunicar por megafonía que la situación estaba bajo control y que la mayoría de los heridos eran leves.

La no suspensión del partido

El árbitro del partido pidió información también a los responsables de seguridad del club y de los Mossos y, al confirmar que la situación seguía igual y bajo control, y al no recibir una petición formal de suspensión del partido, decidió seguir con el encuentro. El informe de los Mossos también destaca que, aunque una parte de la grada d'animació se levantó de sus localidades para protestar, no fueron muy lejos y se quedaron en las bocanas de acceso para seguir viendo el partido, uno de los más importantes hasta ese momento, que les enfrentaba con un Barça pendiente de ganar la Liga y con los blanquiazules colgando de un hilo para evitar bajar de categoría. Finalmente, dicho sea de paso, en el último partido de liga en casa salvaron los muebles. Esta temporada, la situación, en los primeros partidos de liga, ha cambiado como un calcetín.

El informe que Interior ha hecho llegar al Parlament sobre los hechos del pasado 15 de mayo también destaca que, aunque diversos medios de comunicación —ElCaso.com, uno de los primeros— y las informaciones que se trasladaron a todas las partes durante el partido, se decidió que el comisario Sallent, jefe de la región metropolitana sur, saliera a hacer una declaración a los medios para confirmar que se había tratado de un incidente no relacionado con el terrorismo, que se estaba investigando y que la conductora había sido detenida. Según las primeras informaciones, la mujer aceleró no buscando hacer daño; aun así, tendrá que responder por las lesiones provocadas por su imprudencia, aunque no tuviera intención de causarlas. La investigación, que lleva un juzgado de Cornellà, sigue en marcha, aunque la joven quedó en libertad con cargos dos días después de los hechos. Habrá que aclarar cómo la mujer acabó rodeada por aficionados del Espanyol y cómo es que aceleró y confirmar que no lo hizo de manera voluntaria para hacer daño. Por ahora, no la acusan de tentativa de homicidio ni tampoco de ninguna negligencia, solo de lesiones imprudentes, conducción temeraria y desobediencia a agentes de la autoridad.