"La solución no es cerrar el mercado legal". Hoy, en Canovelles, el mercado no sedentario más antiguo del país, no se habla de nada más. Es el último domingo que se podrán instalar los 300 paradistas que tienen licencia para vender ropa y fruta junto al río Congost. El Ayuntamiento de Canovelles, después de perder el control de la situación, ha decidido ir a tiro fijo y cerrar todo el mercado, sin distinguir entre las personas que pagan licencia -e IVA, autónomos y otros gastos- y las que tienen paradas ilegales o "piratas", vendiendo objetos recogidos de contenedores o productos falsificados, sobre todo camisetas de fútbol, zapatillas deportivas y bolsos.
"Pagamos justos por pecadores", explica Enrique, un hombre que hace casi veinte años que participa en este mercado, que hoy dice adiós. Aunque el consistorio de este municipio del Vallès asegura que la medida es temporal, no hay ninguna fecha prevista para la reapertura, ni tampoco se ha aclarado cuál es la intención de Emilio Cordero, del PSC, con esta paralización del mercado. Enrique, como el resto de paradistas, no entiende nada: "La solución sería hacer cumplir las ordenanzas y no dejar poner paradas a quien no paga licencia -yo pago 1.500 euros al año-, en lugar de echarnos a todos", señala a ElCaso.com, mientras acaba de montar la parada y estira la ropa que vende.
Un informe de los Mossos d'Esquadra alertó al Ayuntamiento de Canovelles sobre el crecimiento del mercado paralelo, que hacía años que había sido ignorado. A lo largo de decenas de metros, casi 200 vendedores ambulantes estiran las mantas para vender productos falsificados. La indecisión política del consistorio y la incapacidad policial han llevado ahora a esta medida drástica, que no gusta a nadie, tampoco a los vecinos que viven cerca del mercado. El informe de la Región Policial Metropolitano Norte y la comisaría de Granollers destaca el peligro en caso de una intervención o de una situación de emergencia, ya que el despliegue de los manteros en la calle dificultaría una evacuación ordenada y podría generar disturbios de orden público.
Cerrar el mercado, la peor opción posible
El consistorio ha optado por esta solución radical, prohibiendo el mercado y, supuestamente, abriendo una vía de diálogo con los paradistas -que este lunes harán una manifestación delante del Ayuntamiento de Canovelles- pero sin haber intentado frenar el mercado ilegal para preservar los intereses de los vendedores legales de un mercado histórico. Desde 1967, vendedores de fruta y verdura, incluidos algunos campesinos de la zona, vienen a este mercado, que el próximo domingo 3 de noviembre ya no se hará.
Los paradistas lamentan la falta de determinación de los políticos de Canovelles al hacer cumplir las ordenanzas y haber permitido llegar a esta situación. En otros sitios donde también se hacen mercados parecidos, el consistorio, con la colaboración de la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra, aplica protocolos para evitar la venta de productos falsificados y controla y expulsa a las personas que no tienen licencia para vender. "Aquí han faltado cojones y ahora es demasiado tarde", insiste Enrique. Clientes y otros vendedores opinan lo mismo, recogiendo firmas a pesar de saber que no servirá de mucho. "Gritar o quemar cosas, los políticos no entienden nada más", apunta una vecina habitual del mercado legal a ElCaso.com. Ahora, tendrá que ir a Granollers -donde el mercado es los jueves- o a Bellavista los miércoles, pero allí la fruta es más cara, advierte. Cada sábado, entre 15.000 y 20.000 personas pasan por este mercado, con una afluencia constante de coches y gente durante toda la mañana. Los bares de la zona -y los que solo se instalan los domingos, con churros y chocolate caliente- hierven.
Manteros por toda la calle
Este domingo, los Mossos han desplegado dos equipos de orden público del ARRO, con órdenes claras de no intervenir. Se desplegaron por si se generaba algún incidente. Los manteros no empezaron a montar hasta más tarde de lo que es habitual, desconfiando de si la policía los echaría. Cuando vieron que nadie les diría nada, como los últimos meses, desplegaron las mantas a lo largo de la calle. "Si nos echan, tendremos que ir a Barcelona", comentaba uno de ellos, mientras ponía una camiseta falsa de Lamine Yamal en una bolsa, después de cobrarla.
Unos 200 vendedores de top manta se reúnen en este punto cada domingo, viniendo en coche o en tren desde diferentes puntos del área metropolitana. Algunas mujeres subsaharianas se encargan de la logística, repartiendo comida y bebida entre los vendedores. Esta convivencia con la venta ambulante, a pesar de ser supuestamente un delito contra la propiedad intelectual, ha sido ignorada por la policía local, la Guardia Civil y los Mossos d'Esquadra. Y ahora lo pagarán los vendedores que pagan licencia, como Enrique. "¿Si no han sabido arreglar este problema, pueden gestionar bien la ciudad? Yo creo que no, y que los vecinos tomen nota", concluye mientras acaba de ordenar calzoncillos y calcetines.
Los paradistas el día 3 intentarán abrir el mercado
Los paradistas legales, los vendedores de basura y los top manta tienen claro que el próximo domingo, 3 de noviembre, volverán a Canovelles. "Ya veremos qué pasa", dicen algunos de los compañeros de Enrique. "No han echado a los piratas, ¿nos echarán a nosotros?". Según ha podido saber ElCaso.com, se prepara un dispositivo de seguridad para hacer cumplir las órdenes del ayuntamiento y evitar que el mercado se vuelva a montar. Habrá refuerzo de equipos de orden público para evitar incidentes. Qué pasará, el tiempo lo dirá. De momento, los paradistas, con carteles y boca-oreja, explican a todo el mundo la situación. Mucha gente ya lo había leído en la prensa, pero no se lo acababa de creer. Una mujer, con una camiseta hecha a mano que reclama que no se cierre el mercado. "Cuando lo oí pensé, ya era hora que echaran a los top manta y a los vendedores ilegales, pero se ve que lo cerrarán todo. Yo solo compro aquí. ¿Dónde iré ahora? No tiene ningún sentido". "¿Pagamos policía y políticos para esto?", apunta otra mujer. La polémica en Canovelles está servida.