Durante quince meses, los vecinos de L'Hospitalet de Llobregat de la zona de la Travessera de les Corts podrán vivir y dormir un poco más tranquilos. Según ha podido saber ElCaso.cat y han confirmado fuentes municipales, el consistorio de la segunda ciudad de Cataluña ha logrado clausurar la discoteca Luna Sky por varios incumplimientos detectados en las inspecciones que se realizan de manera regular, de manera coordinada entre la Guardia Urbana y los Mossos d'Esquadra.
En el marco del plan Nautilus, que ha reforzado la vigilancia y las inspecciones en locales conflictivos de L'Hospitalet después de detectar que se había perdido el control, se han realizado varias entradas policiales en la discoteca y, finalmente, por orden municipal, se ha cesado la actividad de esta discoteca dominicana que acumulaba problemas, peleas y que hacía la vida imposible a los vecinos. En esta discoteca, y tal como avanzó ElCaso.cat, en el mes de marzo de 2025 una pelea entre personas dominicanas terminó con un hombre con la mano seccionada y arrojada en un contenedor. La pudieron recuperar y la pusieron en una hielera, en una imagen casi de película que los vecinos, que salían de casa para ir a trabajar a primera hora de la mañana, tuvieron que ver.
Los problemas de esta discoteca, que servía de punto de encuentro de personas de nacionalidad dominicana, una de las que tienen más presencia en esta zona de L'Hospitalet, iban acumulando expedientes por incumplimientos: sobrepasar el aforo, no tener la documentación en regla, operar fuera de horario u otros. Esta suma de problemas, que desde el consistorio —quien tiene la competencia de control administrativo— ha permitido que finalmente se dicte una orden de cierre del local que se alargará hasta agosto de 2026, según ha podido saber ElCaso.cat. Si pasado este tiempo la discoteca reabre y vuelve a ser inspeccionada y se detectan nuevos problemas, la sanción de cierre podría alargarse más meses e, incluso, ordenar el cese total de la actividad.
Presión para poner orden en los locales
No es el primer local que después de varios registros se ha podido clausurar en la ciudad de L'Hospitalet, donde la presión compartida entre la Guardia Urbana —con la nueva unidad de intervención de la UEI de la policía local— y los cambios aplicados desde la región metropolitana sur en la comisaría de L'Hospitalet, que lidera de facto el inspector Quesada, ha dado sus frutos. La presión sobre locales que hasta ahora gozaban de impunidad se ha comenzado a notar, aunque aún quedan zonas de la ciudad con problemas graves de inseguridad, como, entre otros, Pubilla Cases, donde los multirreincidentes hacen el 40% de los robos violentos de la ciudad. Los Mossos tienen controladas, solo en L'Hospitalet, un total de 50 personas multirreincidentes -la mayoría, extranjeros- que cometen la mayoría de los delitos y que, aunque son arrestadas, vuelven a salir en libertad.