Este sábado, en torno a la una de la madrugada, uno de los muchos ciclistas que recorren cada día Barcelona se saltó un semáforo en rojo, con la mala suerte de haberlo hecho delante de una patrulla de la Guardia Urbana de la ciudad. Su delito, sin embargo, resultó ser más grave que una simple infracción de tráfico. Y es que, oculto en los bolsillos y en una bolsa, llevaba un verdadero arsenal de drogas, desde cocaína rosa o "tusi" hasta marihuana, ketamina y "popper". Además, tenía en efectivo casi 3.000 euros, sin duda obtenidos de la venta de estas sustancias estupefacientes que, según parece, repartía a domicilio o, cuando menos, acudía a demanda al sitio donde lo convocaban los compradores.
Agrede a los agentes cuando lo paran
Cuando se saltó el semáforo en rojo, en el cruce entre las calles de Diputació y Muntaner, en el Eixample de Barcelona, la patrulla de la policía municipal enseguida se acercó para pararlo, identificarlo y, en caso de que fuera necesario, denunciarlo por una infracción de tráfico. No obstante, el ciclista, al verlos aproximarse, se puso muy nervioso e intentó escapar. Se puso violento y se enfrentó con los policías urbanos, llegando a agredirlos. Estos pidieron refuerzos y, en poco tiempo, varias unidades de la zona acudieron al lugar para prestar su ayuda.
El delincuente ya no pudo escapar, viéndose rodeado, y acabó retenido por los agentes de la Guardia Urbana. Fue entonces que lo registraron después de identificarlo. La policía de la ciudad se llevó una sorpresa al descubrir la cantidad de drogas que escondía: más de una cincuentena de bolsitas con varias cantidades de sustancias diferentes, además de tres potes y una decena de envoltorios de papel de plata. Tenía también, en billetes de 20 y de 50, un total de 2.690 euros en efectivo. Por todo eso quedó detenido por un supuesto delito contra la salud pública en la modalidad de tráfico de drogas.