Un chico de 19 años ha sido detenido por la Guardia Civil como presunto autor de la muerte de su padre en Esteiro, una parroquia del municipio de Muros, en la Coruña. Los hechos se produjeron este viernes por la noche, aunque no ha sido hasta pocos minutos después de las doce y media de la madrugada que los servicios de emergencias han recibido la alerta. En la llamada al 112, una persona pedía asistencia médica porque había resultado herida. Cuando los sanitarios han llegado al domicilio, se han encontrado dos personas: un chico de 19 años herido y un hombre de 59 años que había muerto.

Una vez confirmada la defunción del hombre, la Policía Judicial de la Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación para saber qué había pasado. Se ha hecho una inspección del escenario y se han recogido pruebas que pudieran ayudar en la investigación. Paralelamente, el hijo ha sido trasladado a un centro hospitalario para que le cuidaran las heridas de la cabeza. Los primeros indicios han apuntado al hecho de que el posible autor sería el hijo, motivo por el cual ha sido detenido y trasladado al cuartel de Boiro con signos de encontrarse bajo los efectos de las drogas. Se le ha hecho una evaluación psicológica antes de que los agentes le tomaran declaración para saber qué pasó.

Le habría destrozado la cabeza a golpes de hacha

Cuando los agentes de la Guardia Civil llegaron al lugar de los hechos se encontraron una casa destrozada. El cadáver del hombre estaba estirado a la cocina con el cráneo abierto a consecuencia de haber recibido muchas veces con un arma blanca, que todo parece indicar sería un hacha. Según detalla TVG, los vecinos de la víctima ya oyeron los golpes tres horas antes de la llamada del hijo al servicio de emergencias. De hecho, entre una cosa y la otra, el chico salió de casa y volvió poco después. Los investigadores creen que podría haber ido a esconder el arma del crimen, que todavía no ha sido localizada. Posteriormente, se hizo una herida en la cabeza él mismo para disimular y llamó el 112.

En un primer momento, cuando los servicios de emergencias llegaron al escenario, dijo que habían sido víctimas de un robo y que habían sido los ladrones los que habían matado al hombre. Los investigadores, sin embargo, no lo creen. La relación entre padre e hijo no era nada buena y, según las primeras investigaciones, las discusiones y amenazas entre los dos eran habituales. Los vecinos de la zona describen al chico como un joven problemático con problemas con las drogas. Por su parte, el padre era muy conocido en la localidad, donde había regentado un bar durante muchos años, aunque hacía un tiempo que estaba cerrado porque se había prejubilado.