La Policía Nacional ha podido detener a un peligroso pederasta que había huido de Ecuador y durante años había vivido escondido en la ciudad de Benidorm sin pagar por los delitos que había cometido a su país. El hombre, de 55 años y nacionalidad ecuatoriana, tenía una orden internacional de detención y extradición (OID) emitida por las autoridades del país sudamericano acusándolo de, presuntamente, haber agredido sexualmente de manera continuada a una niña que, en el momento de las primeras agresiones, tenía 8 años. Además, fruto de estas violaciones, la menor había quedado embarazada en hasta dos ocasiones.

Los hechos habrían tenido lugar en el año 2015, momento en el cual las autoridades ecuatorianas abrieron una investigación por la presunta comisión de un delito tipificado al Código Penal del Ecuador como violación. Después de años de trabajos, una pista llevó a los investigadores hacia España, concretamente hacia la Costa Blanca, y en noviembre de 2024 se emitió una orden de detención a través de la Interpol. La Brigada Provincial de la Policía Judicial de Alicante empezaron a investigar para descubrir el paradero del pederasta, que se pudo localizar escondido en la ciudad de Benidorm. El fugitivo fue detenido y ha sido puesto a disposición de la Audiencia Nacional, quien entiende la causa y quien tendrá que decidir si se le extradita. Por los delitos de los cuales se le acusa, en Ecuador se podría llegar a enfrentar a una pena de 22 años de prisión.

Segundo pederasta huido detenido en Alicante en pocas semanas

La Costa Blanca parece haberse convertido en refugio de pederastas huidos de Sudamérica. Hace pocas semanas, el pasado 27 de diciembre, ya se había detenido a otro en la ciudad de Dénia, un ciudadano de 29 años que se había escapado de Uruguay acusado de violar a una niña de 6 años durante las fiestas de Navidad de 2019. El hombre habría aprovechado que la menor y su madre habían decidido pasar las celebraciones con su familia para, cuando estaban solos, desnudarla, hacerle tocamientos en sus partes íntimas y obligarla a hacerle también a él. Por estos hechos, las autoridades uruguayas lo reclamaban acusado de un delito de abuso sexual, para el cual se enfrenta a una pena de 12 años de prisión.