Un Juzgado de lo Penal de Valencia ha condenado a seis años de prisión a los tres propietarios de una tienda de mascotas por los delitos de falsedad documental, estafa, pertenencia a grupo criminal y maltrato animal. Además, se les ha inhabilitado para ocupar cualquier trabajo relacionado con animales y no podrán tener ninguno durante tres años y tres meses. Se trata de la condena mayor que se ha impuesto nunca en España por maltrato animal.

Los animales venían en malas condiciones, sin vacunar y enfermos

Los propietarios del establecimiento, conocida como 'la tienda de los horrores', importaban cachorros desde de Eslovaquia en condiciones pésimas, algunos de los cuales morían durante el trayecto hasta España. Una vez llegaban a la tienda, no les hacían guardar la cuarentena correspondiente y los ponían en venta sin decirles a los compradores de dónde vendían ni la edad que tenían. Además, se las hacía una cartilla de vacunación falsa en que figuraban vacunas que no les habían puesto y una edad superior a la que tenían.

En el establecimiento, situado en la avenida Cardenal Benlloch de Valencia entre los años 2014 y 2016, los animales eran almacenados en vitrinas de pequeñas dimensiones donde no cabían todos los cachorros y no tenían espacio para moverse. En el fondo de las jaulas, ponían serrín o papeles que no absorbían los orines, excrementos y vómitos de las mascotas, que vivían rodeados de sus excrementos. El espacio no contaba con la licencia para actuar como punto de venta de animales, ni como centro veterinario.

Además, como no habían recibido ninguna vacuna, estaban llenos de parásitos y de enfermedades como coronavirus, parvovirus canino o virus del bromo. El local no era muy grande y no tenía diferentes estancias para separar los animales enfermos, motivo por el cual se iban contagiando los unos en los otros. Eso provocó que una decena de cachorros acabaran muriendo al cabo de pocos días de ser entregados a sus nuevas familias. Por si eso pasaba, los propietarios del negocio les venían con una garantía de reposición. Es decir, si el animal moría, daban otro igual al cliente de forma gratuita. Como si en lugar de un animal, fuera un producto comprado por internet.