Compran medicamentos para la epilepsia en España y los llevan a Marruecos para fabricar droga barata que luego, la mayoría de las veces, distribuirán por Europa. Esto es, en parte, lo que hacían desde Tarragona y otras ciudades españolas dos personas que han sido detenidas por la Guardia Civil. Los arrestados eran los proveedores esenciales para producir las sustancias marroquíes y están acusados de traficar con casi 23.000 dosis de Rivotril, fármaco que al llegar al país del norte de África se convertía en karkubi, un estupefaciente de bajo coste que se obtiene mezclando psicotrópicos con hachís, alcohol o pegamento.
Compraban los medicamentos en Catalunya, Castilla-La Mancha y Andalucía
Esta "droga de los pobres", como también es denominada a parte de karkubi, utiliza fármacos que tienen como principio activo el clonazepam, un medicamento que pertenece a los conocidos como benzodiacepinas, y que tiene propiedades anticonvulsivas. Precisamente por esto último, se utiliza en la mayoría de las formas de epilepsia del lactante y del niño, y está igualmente indicado en los casos adultos. El fármaco que se exportaba ilegalmente desde Tarragona era el Rivotril 2 mg, de los cuales la Guardia Civil ha incautado un total de 381 envases con 22.280 comprimidos que en el mercado negro superarían los 130.000 euros.
La Guardia Civil ha descubierto que estos dos individuos arrestados han actuado en las provincias de Tarragona, Almería, Granada, Málaga, Sevilla, Ciudad Real, Córdoba y Jaén. Pese a su movilidad geográfica por España, la operación se centró en Granada, donde comenzó a gestarse el pasado mes de septiembre, después de que la Policía Judicial descubriera que uno de los detenidos se estaba dedicando a adquirir grandes cantidades del fármaco en farmacias granadinas. Los dos arrestados son vecinos de Andújar (Jaén) y tenían una forma muy peculiar de actuar.
Así actuaba el entramado del 'karkubi' de España a Marruecos
Para conseguir el Rivotril 2 mg, uno de los detenidos se encargaba de hacerse con las recetas concertando visitas con médicos con la excusa de que salía al extranjero durante un tiempo y necesitaba su antiepiléptico. Así, pedía que le recetasen varias cajas a la vez. Pero, en ocasiones, no tenía suficiente y directamente fotocopiaba las recetas muchas veces y las presentaba en distintas farmacias. Entre tanto, el otro arrestado se encargaba de comprarle los medicamentos y trasladarlos a Marruecos, donde lo convertirían en esta droga barata llamada karkubi, que aunque se exporta al exterior, también es muy popular en los estratos sociales más desfavorecidos del país magrebí.