Cae la mafia holandesa de las golosinas en la Costa del Sol. La Policía Nacional y la Guardia Civil, en una operación conjunta, han desarticulado una organización dedicada a la venta de chucherías adulteradas con drogas de síntesis y que después vendían por Internet por toda Europa. Los agentes han detenido a quince personas y han realizado siete registros en los municipios malagueños de Fuengirola, Mijas y Estepona, y en la localidad canaria de Maspalomas. Los envíos postales por todo el continente se completaban con un complejo entramado de empresas para la ocultación y posterior blanqueo de capitales.

 

La investigación se inició a raíz de un comunicado de la policía belga en el que decían haber detenido a una persona, de nacionalidad neerlandesa, en un punto de recogida de paquetería con un envío de 700 gramos de droga, concretamente 3MMC. Por ello, con una relación estrecha al haber salido de España dicho paquete, los agentes españoles comenzaron a indagar qué había detrás y observaron que muchos de los envíos se realizaban desde Maspalomas, en Canarias, aunque poco tardaron en descubrir que la base de operaciones estaba en la provincia de Málaga.

Un matrimonio holandés en la Costa del Sol y envíos desde Canarias

Los capos, en este caso, eran un matrimonio de Países Bajos muy bien posicionado en la Costa del Sol. Llevaban un alto nivel de vida y, además de la fábrica de golosinas adulteradas con drogas sintéticas, tenían numerosas propiedades y negocios, como un gimnasio, en las zonas de Fuengirola, Mijas y Estepona. Dos personas más, de la misma nacionalidad, eran los encargados de coordinar los envíos de los estupefacientes. 

La mayoría de las chucherías adulteradas y otro tipo de drogas iban destinadas al mercado negro europeo. Sin embargo, el origen de los ingredientes era muy diverso. El modus operandi de la organización consistía en adquirir golosinas y snacks en diferentes lugares, como Países Bajos o directamente a fábricas de Levante, pero también se atrevían con las importaciones intercontinentales desde China, antes de contaminarlas con marihuana o derivados cannabinoides. La Policía Nacional y la Guardia Civil detuvieron a quince personas e intervinieron 12.000 bolsas de gominolas y snacks impregnadas con THC, 281 vapeadores con cannabis líquido y 49 paquetes de diferentes pesos que contenían cocaína.

Trasteros como almacenes antes de fabricar chucherías de cannabis

Utilizaban trasteros (tenían dos en Mijas) para almacenar los snacks y gominolas y luego los llevaban a otros inmuebles que habían alquilado para impregnarlos con aerosoles de preparados psicotrópicos. Los productos eran comercializados posteriormente en Málaga y Países Bajos. Pero para el envío de estas sustancias, la organización había creado una empresa que aparecía siempre como remitente de los envíos. Así la organización había diseñado la mercantilización del narcotráfico a través de esta compañía creada por ellos mismos al vender las drogas de síntesis de forma encubierta bajo su actividad legal declarada.

Los compradores de la droga abonaban el precio mediante transferencias bancarias. De hecho, en la cuenta, durante el período analizado, entró más de un millón y medio de euros. La empresa declaró esos ingresos como venta de productos como materias primas químicas, productos vitamínicos o deportivos. Además del flujo monetario, durante los siete registros domiciliarios que realizaron la Policía Nacional y la Guardia Civil en la provincia de Málaga y en Canarias, encontraron dinero en metálico, diferentes tipos de drogas sintéticas y armas de fuego. La investigación sigue abierta y esperan detener a una persona más relacionada con la banda criminal.