Las bodas son acontecimientos de celebración y fiesta, pero no todo se vale y no son excusa para poder saltarse la ley. Eso es lo que pasó este sábado en la localidad de Figueres donde una pareja de origen magrebí se dio el "sí, quiero" para convertirse en matrimonio y lo celebró infringiendo el reglamento general de circulación. Agentes de la Guardia Urbana pararon a la altura de la calle de Tarragona trece vehículos que estaban circulando por las calles de la capital del Alt Empordà y se identificaron a sus ocupantes, imponiendo finalmente 26 denuncias por varias infracciones del código de circulación.
Esta caravana con más de una decena de coches recorrió varios puntos de la ciudad provocando retenciones y problemas en la circulación a otros vehículos, así como haciendo sonar el claxon y provocando molestias a los vecinos. Además, gran parte de sus ocupantes iban sentados en las ventanas o de pie sacando parte del cuerpo por las aperturas superiores de los coches, según han informado desde la Guardia Urbana de Figueres con una publicación a su perfil de redes sociales. Por su parte, el alcalde del municipio, Jordi Masquef, ha lamentado que "hay quien se piensa que en Figueres puede hacer lo que le parece". "Los graciosos de ayer se han llevado 26 denuncias, porque en Figueres no todo se vale", ha añadido.
La caravana de vehículos, una tradición de las bodas musulmanas
La caravana de vehículos que se produjo a este sábado en Figueres es uno de los actos principales de las bodas musulmanas, que se acostumbran a alargar varios días. La comitiva de coches acompaña a la novia mientras tocaron el claxon para celebrar el enlace y los invitados van sentados a las ventanas de los vehículos con el cuerpo a fuera. En países occidentales, aunque se intenta mantener la celebración musulmana, esta práctica choca directamente con el reglamento de circulación y se pueden enfrentar a elevadas multas para hacerlo. En el peor de los casos, con el peligro que comporta esta práctica, puede haber algún accidente.