Un cúmulo de piezas de chatarra llamó la atención de dos ladrones, que no se sintieron intimidados por el hecho de que este cúmulo se encontrara a dentro del parking exterior de Ègara, el Complejo Central de los Mossos d'Esquadra. Tampoco los achantó que, entre los casi 2.000 agentes que trabajan en el edificio, también estuvieran los altos cargos de la policía.
Curiosamente, nadie se fijó en los ladrones, que entraron con una furgoneta blanca. Se tiene que decir que se trata del parking externo de Ègara que no cuenta con ningún control de acceso, aunque sólo pueden aparcar los coches particulares de los policías. Así, los dos hombres llenaron el maletero de la furgoneta con todo tipo de chatarra, desde tubos de escape hasta piezas de coches patrulla. Encima lo hicieron en torno a las 12 horas, a plena luz del día.
Los ladrones debieron pensar que era su día de suerte. Sin embargo, justo cuando se disponían a marcharse, unos agentes de la patrulla canina los detuvieron. A los policías les había parecido extraño ver una furgoneta blanca en el parking, y se acercaron para preguntar quiénes eran y qué hacían. Cuando abrieron el maletero se encontraron todas las piezas robadas, que identificaron fácilmente como procedentes del parking, ya que los veían cada día.
Denunciados por apropiación indebida
Los ladrones no fueron detenidos, como cabría esperar. Se pudieron ir sólo con una denuncia de apropiación indebida y un atestado contra ellos. Ni siquiera se les requisó la furgoneta. La mayor parte de la chatarra había sido probablemente robada con anterioridad y recuperada por los mossos, ya que se entremezclaban piezas de coches policiales con otros procedentes de vehículos privados siniestrados.