Los Mossos d'Esquadra han desmontado una organización criminal que se había especializado en hacer entrar billetes de 50 euros falsificados al circuito económico y lo han hecho después de atar cabos y uniendo puntos de varias investigaciones en marcha, bajo la batuta de la Unidad Central de Falsificación de Moneda (UCFM) y del grupo de Patrimoni de l'Àrea d'Investigació Criminal de Ponent, en Lleida. Se podría pensar que fue azar, pero nada más lejos de la realidad. Todos los billetes falsificados que recuperan los Mossos d'Esquadra se marcan con un código que permite, más adelante, si van saliendo más, poder asociarlos y hacer un mapa de estos billetes falsos y poder ir cerrando el círculo en torno al falsificador o la persona que los distribuye.

Billetes de la imprenta de la mafia italiana

Es el caso de que nos ocupa. El pago con billetes falsos a una prostituta en Tarragona puso en alerta los Mossos d'Esquadra, que pudieron recuperar varios billetes de 50 euros que eran los mismos que hacía semanas que iban recuperando en pagos en compraventas hechas por aplicaciones estilo Wallapop y también en pubs y discotecas de Barcelona. Hasta entonces no tenían demasiadas pistas, pero la coincidencia de los billetes llevó a los investigadores de los Mossos hasta una masía de Térmens, a la comarca de la Noguera (Lleida). Allí un hombre de nacionalidad rumana distribuía billetes de 50 euros que después otras personas se dedicaban a colocar con varios métodos.

Estas falsificaciones, de alta calidad, llegaban a Catalunya desde Italia. Según ha podido saber ElCaso.com, estos billetes son los que produce, con alta calidad, la Camarroa, la mafia italiana de la zona de Nápoles. El hombre rumano los compraba y aquí los ponía en circulación, pero cometió el error de dejar demasiado rastro y los especialistas de la policía catalana contra la falsificación lo pudieron llegar a localizar.

De Italia a Barcelona pasando por Térmens

Desde esta masía de Térmens, y también desde el Hotel Capri, que el mismo hombre regentaba en Vilanova de Segrià, que tenía en marcha sin documentación y con la luz pinchada, vendía los billetes falsos a un grupo de jóvenes marroquíes que se encargaban de ponerlos en circulación. Para hacerlo hacían compras de productos tecnológicos quedando cara a cara con vendedores de Wallapop y también en Barcelona, en locales de ocio nocturno.

Se aprovechaban de la poca luz y trasiego de personas para introducir los billetes falsos de 50 euros mediante la compra de consumiciones de poco valor, obteniendo con esta práctica un mayor beneficio, del cambio que les devolvían. Los billetes falsos se compran a un 5% del valor, y, por lo tanto, a pesar de pagar la consumición, el dinero que obtenían con el billete falsificado les salía a cuenta. Las investigaciones de los Mossos detectaron que siempre era una mujer joven a quien se encargaba de pagar con los billetes falsos en las discotecas de Barcelona y que iba acompañada de un hombre, que los Mossos creen que es quien organizaba todo el dispositivo.

falsificación de moneda
Sergi Sánchez, jefe de la Unidad Central de Falsificación de Moneda / Foto: Quique García

La Unidad Central de Falsificación de Moneda (UCFM) pudo saber que los jóvenes marroquíes que estaban tras de estos billetes falsos eran de la zona de Lleida, y empezaron a trabajar en colaboración con los agentes del grupo de Patrimoni de la AIC de Lleida, que pudieron identificarlos y localizarlos. El pasado septiembre se pudieron detener en la ciudad de Lleida cinco personas, cuatro hombres y una mujer, de entre 22 y 27 años, todos marroquíes, por haber colocado los billetes falsos en Barcelona y se intervinieron 550 euros en billetes falsos y cerca de 4.000 euros de curso legal. La numeración de los billetes falsificados llevó a los Mossos hasta la masía de Térmens donde el hombre rumano distribuía el dinero que compraba en Italia.

Falta detener el principal investigado

El pasado 24 de octubre se organizó un operativo para detener al hombre importaba los billetes falsificados y que les vendía a Catalunya con el fin de ser introducidos, pero aunque pudieron registrar la masía en Térmens y el hotel en Vilanova de Segrià, no pudo ser arrestado el principal investigado, que la policía cree que se fugó el día antes de la operación policial para evitar ser arrestado. El hombre está plenamente identificado y tiene una orden de detención, a la espera de que pueda ser localizado y detenido. Y lo será, aseguran los investigadores de las dos unidades que han liderado este nuevo golpe de los Mossos contra la falsificación de moneda, un delito que va cada vez a más.