Barcelona, como muchas otras ciudades, tiene un problema con las armas blancas. Sin ir más lejos, anoche, viernes 24 sobre las once, un hombre fue apuñalado en Ciutat Vella y quedó herido de gravedad. Irónicamente, justo por aquellas horas los Mossos d'Esquadra, la Policía Nacional, la Guardia Urbana, Policía Portuaria y seguridad privada trabajaban codo con codo para liberar la capital catalana de la plaga de las navajas, machetes y todo tipo de armas blancas.
Los agentes colaboraban en un dispositivo Daga diseñado específicamente para controlar las armas blancas. El operativo peinó diferentes distritos de Barcelona, poniendo especial énfasis en los puntos más conflictivos, donde suele haber más casos que impliquen apuñalamientos. Tras unas horas intensas, el operativo ha terminado con unos resultados exitosos a la vez que preocupantes. En total, se han detenido a 39 personas y se han puesto 53 denuncias por cuestiones de drogas y armas, retirando de las calles todas las que han localizado, 21 denuncias de tráfico y unas impactantes 259 denuncias más por parte de Transport Metropolità de Barcelona (TMB).
Colaboración entre cuerpos
Aparte de estas sanciones, que han afectado a particulares, los Mossos también han inspeccionado dos locales de los que sospechaban y allí no solo han añadido siete denuncias más por armas y drogas, sino que también han abierto una investigación por un hombre que llevaba encima un arma prohibida, han detenido a una persona que tenía una orden judicial pendiente y han aplicado otras denuncias administrativas. La colaboración entre los cuerpos ha servido para poder aprovechar las competencias de cada uno, por ejemplo, la Guardia Urbana se ha encargado de las cuestiones de tráfico y la Policía Nacional de asuntos de extranjería. Este dispositivo forma parte del plan Daga de los Mossos para solucionar el problema que generan las armas blancas, causantes de que muchas discusiones acaben convirtiéndose en agresiones que terminen con heridas graves.
