Un bar de Valls ha regalado cuchillos entre sus clientes como acción crítica para denunciar la inseguridad que se vive en el barrio antiguo. Con esta iniciativa irónica, con gran repercusión en las redes, se quiere poner de manifiesto el malestar de comerciantes y vecinos de la zona, que llevan tiempo quejándose de la delincuencia y dejadez en el centro histórico.

Situación límite 

En efecto, se trata de una acción irónica para denunciar el malestar de comerciantes y vecinos por la delincuencia en la zona: "Estamos muy cansados y decimos basta", manifiesta Jordi Sans, propietario del bar e impulsor de esta acción simbólica. Avisa de que en el barrio ya se ha llegado a una situación límite, con pisos ocupados, viviendas ruinosas, tráfico de droga, robos, etc. y que la gente que vive allí y trabaja tiene que convivir con esta "degradación continua" del centro de la ciudad, relata ACN.

Mossos d'Esquadra / Mossos d'Esquadra

Mossos d'Esquadra / Mossos d'Esquadra

Por eso, piden al Ayuntamiento de Valls que intervenga. A pesar del refuerzo policial y las nuevas cámaras de seguridad instaladas en determinados puntos de la zona, consideran que no es suficiente. Lamentan que no se disponga de ningún plan estratégico y social para hacer frente a estas problemáticas.

Ejemplos de la delincuencia y dejadez que argumentan

A través de las redes, tenderos y ciudadanos exponen episodios concretos. A modo de ejemplo, critican que se derribaran edificios para habilitar una zona de aparcamiento, en el solar conocido como casa Mateueta, que ha acabado siendo un punto de encuentro para pequeños traficantes. "Todo se convierte en un caldo de cultivo muy difícil de poder arreglarlo, ya hace masas años que lo estamos denunciando", avisa Sans, que tiene el bar en la plaza de l'Oli.

Muy cerca también se encuentra el edificio del futuro Museo Casteller de Catalunya, todavía pendiente de inauguración. "Algo con que se ha dedicado mucho tiempo y que ha tenido un sobrecoste brutal" reprocha Sans.