Un vuelo de la compañía Easyjet que tenía que hacer el trayecto entre los aeropuertos de Manchester y Tenerife Sur se ha visto obligado a hacer un aterrizaje de emergencia en Lanzarote este viernes. Los motivos, según ha declarado el piloto del avión a la hora de pedirlo, ha sido un "riesgo de agresiones a bordo" por parte de ocho pasajeros con una actitud muy violenta. De hecho, aunque ya quedaba poco para llegar en su destino, la situación de tensión y violencia era tan elevada que ha preferido solicitar hacer la intervención en el aeropuerto más próximo y con la máxima urgencia posible.
Según han dado a conocer los controladores aéreos, se ha aceptado la petición ante el riesgo que pudiera haber para el resto de pasajeros y la tripulación, a la vez que se ha alertado a los cuerpos policiales y se ha coordinado un dispositivo especial en el aeropuerto de Lanzarote a la espera del aterrizaje de emergencia del avión. "Reiteramos nuestro apoyo a las tripulaciones y pasajeros que tienen que aguantar este tipo de situaciones", han apuntado a los controladores aéreos a través de sus redes sociales. Y es que, según la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), situaciones como beber alcohol en exceso, hacer un escándalo o no obedecer las órdenes de la tripulación se pueden considerar un peligro para la seguridad del vuelo, con multas que pueden llegar hasta los 5.000 euros.
⚠️ La tripulación del vuelo procedente de Manchester con destino #Tenerife Sur nos comunica la presencia de 8 pasajeros violentos a bordo. Ante la posibilidad de agresiones requieren desviarse al aeropuerto de #Lanzarote.
— ����Controladores Aéreos �������� (@controladores) September 29, 2023
Les instruimos a ruta directa y recorte de aproximación en… pic.twitter.com/6mu8PC2fdh
Un piloto, despedido por esnifar cocaína antes de un vuelo de 12 horas
El aterrizaje de emergencia en Lanzarote se produce poco después de otro incidente en un avión, esta vez protagonizado por el piloto. Un vuelo entre las ciudades de Johannesburgo (Sudáfrica) y Londres (Inglaterra) tuvo que ser cancelado después de que la persona que tenía que pilotar el avión se pasara la noche anterior de fiesta y esnifando cocaína. El hombre envió unos mensajes explicándoselo todo a una de las azafatas, que alertó de los hechos a sus jefes para que suspendieran el vuelo. Ya de vuelta en Londres, le hicieron un test de drogas al cual dio positivo, motivo por el cual lo han acabado despidiendo.