Que te encierren en prisión sin haber cometido ningún delito tiene que ser una de las peores experiencias que una persona puede vivir. Eso es lo que le pasó el pasado verano a Mirela Stoian, una mujer rumana de 38 años que ya hace dos décadas que vive en España. Era el mes de agosto cuando fue al cuartel de la Guardia Civil de Almuñécar, en Granada, para denunciar que le habían robado la moto. Lo que tenía que ser un trámite rápido, se convirtió en una auténtica pesadilla que se alargó días.
No se habría imaginado que no la atenderían como una víctima de robo, sino como una persona huida de prisión. Cuando comprobaron su nombre, la detuvieron porque supuestamente existía una orden de detención contra ella después de que hubiera aprovechado un permiso penitenciario en Palma de Mallorca para huir. La mujer, desesperada y sin entender nada, lo negó insistentemente a los agentes y a la abogada de oficio que fue a firmar el auto.
En aquel documento pidiendo su detención figuraban todos los datos personales de Mirela correctamente, pero ante la insistencia a negarlo, su letrada, Mercedes Fernández, trató de averiguar si su clienta tenía razón. Después de hablar con el Juzgado de lo Penal de Palma de Mallorca, pudo contactar con el abogado que había asistido a la mujer que se había fugado de prisión y estaba en busca y captura. Este magistrado comprobó los datos y constató que había un error. Eran dos Mirela Stoian diferentes y la que habían detenido en Almuñécar no era la que había huido de la prisión en Palma.
Tuvo que pasar seis días en prisión hasta que no se solucionó el error
Aunque los abogados enviaron un escrito rápidamente para detener el encarcelamiento, la Guardia Civil lo desestimó y la llevaron a la prisión de Albolote, en Granada. Allí, el director del centro penitenciario también se dio cuenta del error e inició los trámites para solucionarlo. Sin embargo, hasta que no se corrigió el error, Mirela estuvo seis días cerrada entre rejas. La jueza de Palma atribuyó la confusión a un problema informático y pidió disculpas. En el momento de redactar el auto, introdujo los datos correctos en el cuerpo del texto, pero en el encabezamiento puso los datos de otra Mirela Sotian, la cual acabó siendo detenida por este error.
Una auténtica pesadilla que todavía dura meses después
Ya han pasado cuatro meses desde aquella semana que tuvo que pasar en prisión, pero Mirela sigue viviendo una pesadilla constante y necesita ayuda psicológica porque sufre estrés. "Mi madre me decía 'saldrás', pero yo ya lo daba por perdido porque hay más de una persona inocente en la prisión", apunta esta mujer, que trabaja de cocinera en un bar de la costa de Granada y vive con su hija de 15 años. Precisamente, uno de sus peores temores mientras estaba en la prisión era pensar que le sacarían la custodia de su niña.