Se conoce como el método "peruano", pero actualmente los ladrones que cometen este tipo de robos ya son de otras nacionalidades, sobre todo del Este. Los sudamericanos se han llevado la fama, pero ahora ya cuesta encontrar personas de esta nacionalidad haciendo este tipo de robos, que consisten, tal como se puede ver en este vídeo de la semana pasada, en engañar a las víctimas en el arcén de la carretera para conseguir detener el vehículo y aprovechar el momento de confusión para cometer un robo, abriendo la puerta y llevándose cualquier cosa que quede a la vista.

 

La excusa para hacerte parar puede variar. Un problema mecánico suele ser la más escogida. Cuando el vehículo de las víctimas se detiene, comienza una rápida obra de teatro que hace que la atención se centre en el posible fallo del vehículo. Es en ese momento cuando uno de los participantes, de manera disimulada, se acerca a la puerta que queda fuera del campo visual de las víctimas y se lleva lo que puede. En pocos segundos tiene el botín y comienzan las prisas; los otros cómplices se marchan rápidamente del lugar de los hechos. Robo (técnicamente, un hurto) consumado y ladrones a la fuga.

Investigación complicada

En el caso de este vídeo, es a la salida de la Terminal 1 del aeropuerto del Prat, cuando los turistas, después de coger un coche de alquiler, salen, y los ladrones presuponen que pueden encontrar dinero en efectivo en los vehículos, que es lo que más quieren conseguir con sus robos. Cuando los robos se producen en la AP-7, habitualmente, se hacen en sentido sur, cuando los turistas entran en nuestra casa y, por tanto, como en el caso del aeropuerto, los ladrones creen que los visitantes también pueden llevar dinero en efectivo.

A diferencia de los "teloneros" —ladrones que roban mercancías de los camiones, que hoy han sido detenidos en Ripollet—, que cometen los asaltos con vehículos robados de alta gama, los "peruanos" utilizan vehículos de alquiler. Aprovechan NIE de personas no fichadas para no levantar sospechas y los cambian cuando los vehículos ya han sido marcados por los Mossos como posibles autores de robos de este tipo. No tienen problema en dejar ver la matrícula del vehículo durante los robos; cuando escapan y terminan los robos, lo devuelven. Aunque las placas de matrícula se comparten entre las patrullas y saltan cuando son detectadas, por ejemplo, en áreas de servicio, tienen poco recorrido.

Además, una de las otras complicaciones en la investigación que tienen los agentes de la Unidad Operativa de Movilidad (UOM) de la División de Tráfico de los Mossos, los que se encargan de investigarlos, es la alta movilidad que tienen y también la baja punibilidad que genera un delito como este, considerado un hurto, y que, por tanto, hace más difícil que los jueces permitan seguimientos, escuchas e incluso entradas para poder detenerlos.

Órdenes de alejamiento de la autopista

De las pocas cosas que funcionan son las órdenes de alejamiento, unas 200, que se han dictado, ordenadas por los juzgados de las zonas de influencia de la AP-7, por las peticiones hechas por los agentes de los Mossos y avaladas por la Fiscalía. Estas órdenes prohíben a los ladrones habituales, que acumulan decenas de detenciones, entrar en la AP-7. Si lo hacen, y son detectados por agentes de USC, de Tráfico o los investigadores de la UOM, que también vigilan la autopista de paisano, pueden ser detenidos, incluso, antes de cometer un delito.