Una investigación a tres, entre los Mossos d'Esquadra, la Guardia Civil y la Policía Nacional, intenta aclarar, como mínimo, tres crímenes que las últimas semanas se han producido en Navarra y en Catalunya. En un primer momento parecían aislados, sin conexión. Tres agricultores asesinados mientras estaban en el campo. Hombres sin enemigos. Sin problemas. Atacados por ladrones, creían los investigadores. Uno, incluso pareció, en un primer momento, un accidente. Ahora, sin embargo, hay un hilo que los conecta, si bien, oficialmente, y por el secreto de sumario, ninguna de las tres policías lo quiere confirmar.
Pero nadie niega que es una de las hipótesis que, ahora mismo, tienen más fuerza: un asesino en serie ha matado a tres hombres, tres agricultores, en la parte norte del Estado. La Guardia Civil también trabaja con la hipótesis de que el hombre que buscan por estos tres crímenes atacó a otro hombre hace menos de dos meses. De momento no tiene nombre, ni cara. Ni ha sido localizado. Después del último crimen, en la zona del Segrià, se escapó, y después de saltarse un control de tráfico de los Mossos en una carretera de la Noguera, pudo entrar en Andorra, atravesar el país de los Pirineos, y entrar en Francia, donde se le perdió la pista. Pero vamos por partes.
Tres asesinatos y un intento
El pasado 23 de noviembre un hombre de 68 años, Pedro Oyón, apareció sin vida en el terreno que el hombre cuidaba, junto a Tudela, en Navarra. Un trabajador sanitario jubilado, sin ningún enemigo conocido. Lo encontraron entre unos olivos que estaba cuidando, una de sus aficiones desde que estaba jubilado. La Policía Nacional se hizo cargo de la investigación del homicidio.
El 21 de diciembre, antes de Navidad, en Ribaforada, a menos de 20 kilómetros de Tudela, se encontró el cuerpo sin vida de José Luis Aguado, otro agricultor, de 80 años. La Guardia Civil, el cuerpo policial que asumió en un primer momento la investigación, apuntó que se podía tratar de un accidente. Pero, en el lugar de los hechos, faltaba una pieza clave: el Opel Astra de color rojo que utilizó para ir de su casa hasta el campo. El robo del coche hizo encender las alarmas. La autopsia reveló que el hombre había sufrido un fuerte golpe en la cabeza. Y del agresor, ni rastro.
Y el coche apareció a 220 kilómetros. Más allá de no saber cómo llegó —tenía que pasar por Zaragoza, sin ser detectado por ninguna cámara—, el coche fue encontrado un día a inicios de 2024. Una patrulla de la policía municipal de Lleida lo localizó y por las placas confirmaron que se trataba de un coche robado en Navarra. Al día siguiente del hallazgo, otro agricultor apareció muerto, el día 5 de enero. Ramon Rosell, un conocido jugador de tenis de mesa, de Vilanova de la Barca, fue hallado con un fuerte golpe en la cabeza mientras estaba podando en una finca a cinco minutos del pueblo.
Tenía que ir a comer a casa, con su mujer, pero no se presentó. Fueron al campo a buscarlo y lo encontraron muerto. Como en el caso de Ribaforada, la falta del vehículo hizo encender las alarmas. Tenían las placas de matrícula del Opel Astra de Ramon y los Mossos activaron una operación Jaula para intentarlo cazar, pero ya no llegaron a tiempo. En torno a las cinco de la tarde la Policía de Andorra avisó a la policía catalana de que el vehículo había atravesado la frontera. Las imágenes de las cámaras de seguridad que fue pasando no pueden aportar mucha información a la policía para poder identificarlo.
Pero la similitud de los tres crímenes hacen pensar a la policía, que trabaja conjuntamente con la resolución de este inquietante caso, que el autor puede ser la misma persona. Ramon, José y Pedro eran hombres de edad avanzada, que estaban solos, trabajando en el campo y en una zona alejada de núcleos urbanos. Pero hasta ahora, la policía no tenía testigos. Las tres víctimas de este supuesto asesino en serie de agricultores estaban muertos.
Un testigo que puede ser clave
Según han detallado los Mossos d'Esquadra a ElCaso.com, el equipo conjunto de investigación avanza y ya tienen una descripción del hombre que puede ser el autor de los tres crímenes. La Guardia Civil tiene el testigo de un agricultor del límite entre La Rioja y Navarra que unos diez días antes del primer crimen fue atacado por un hombre, también cuando estaba trabajando en un campo de olivos. Podría ser la primera víctima de este asesino en serie, pero, en este caso, se pudo salvar de la agresión mortal.
La policía trabaja con la hipótesis de que aquel hombre sea el mismo que buscan. Un hombre alto, fuerte y muy moreno. El agricultor asegura que lo atacó cuando le recriminó que le estaba robando olivas. Se pudo marchar de la zona y evitar que siguiera la agresión. Es el primer testimonio que los investigadores de las tres policías creen que pudo ver, y podría identificar, al hombre que creen que es el asesino en serie.
Los Mossos, la Policía Nacional y la Guardia Civil trabajan de manera conjunta, también en colaboración con la policía francesa, con el objetivo de poder identificar al hombre. No consta, en estos momentos, que le hayan podido poner nombre, pero fuentes de la investigación aseguran que avanzan a buen ritmo. Tampoco se ha conocido qué puede motivar a este hombre. Los investigadores han descartado, ahora mismo, que los tres agricultores fallecidos tuvieran ningún tipo de relación entre ellos, en la actualidad o previamente. Tampoco consta que este supuesto asesino que busca la policía haya vuelto a actuar.