El hombre acusado de haber asesinado a una menor de 14 años en Oviedo (Asturias) está ingresado en el hospital con un pronóstico muy grave. Las personas de su entorno próximo lo describen como una persona "desequilibrada y que estaba obsesionado con la víctima". Se trata de un hombre de 32 años que vive al mismo edificio que la menor y que responde a las iniciales I.P.
Los hechos han pasado este martes por la tarde cuando la víctima, Erika Yunga Alvarado, volvía del instituto. Picó al timbre de su casa y su padre le abrió la puerta del edificio, pero iban pasando los minutos y ella no subía al cuarto piso, que era donde vivía junto con sus hermanos. Por este mismo motivo, le pidió a su hijo que bajara a las escaleras a buscarla.
Un rastro de sangre hasta la puerta del presunto asesino
El escenario que se encontró al hermano parecía de una película de terror, pero era 100% real. Había un enorme rastro de sangre en torno a la chaqueta de la víctima en el primer piso, que está donde vivía el presunto asesino. Inmediatamente, alertaron a Emergencias 112 y los efectivos de la Policía Nacional se desplazaron hasta el lugar de los hechos.
El asesino está ingresado en la UCI en estado muy grave: se autolesionó
Cuando llegaron al piso de la calle Vázquez de Mella pudieron comprobar que Erika estaba luchando entre la vida y la muerte: presentaba heridas de arma blanca en muchas partes del cuerpo. A su lado había el presunto autor de los hechos: un hombre de 32 años que se autolesionó clavándose un cuchillo en la cara, en el pecho y en el cuello hasta quedar gravemente herido.
Erika murió a los brazos de uno de los agentes que estaba intentando salvarla
Fue trasladado a la UCI con un pronóstico muy grave y, actualmente, está ingresado en el hospital Universitario Central de Asturias bajo vigilancia policial. En el lugar de los hechos, intentaron salvar a la víctima, que estaba agonizando y acabó muriendo en los brazos de uno de los agentes que había en el lugar de los hechos.
"Desequilibrado, estaba obsesionado y tenía fijación con la víctima"
Según explican fuentes próximas al caso, el presunto autor de los hechos es un hombre "desequilibrado, que estaba obsesionado y que tenía fijación con la víctima" que se clavó más de 20 puñaladas a él mismo después de cometer el macabro crimen.
De momento, todavía no lo han podido interrogar, ya que se encuentra herido de gravedad y están esperando que su estado de salud mejore para que pueda declarar. Los investigadores todavía no tienen claro cuál ha sido el móvil del asesinato y están intentando averiguar si Erika se estaba defendiendo de una agresión sexual.