El pasado 18 de octubre una ambulancia del Sistema de Emergencias Médicas (SEM) trasladó a Ramon Blanch, de 84 años, de su casa, en Torelló (Barcelona), al hospital de Vic, donde acabó muriendo a causa de las heridas que presentaba, la mañana del 20, el pasado viernes. El hombre agredido vivía con su mujer y uno de sus hijos, de 51 años, en una casa de la calle de Balmes de Torelló. Los Mossos d'Esquadra han detenido al hijo, un hombre con antecedentes y con problemas con las drogas, como el principal investigado por el homicidio de su padre. Según las primeras informaciones relacionadas con el caso, que lo lleva el grupo de homicidios del Área de Investigación Criminal (AIC) de la región Central, el detenido, el hijo de Ramon Blanch, presuntamente, agredió durante un par de días al padre a golpes y también atándolo a la cama, un hecho que le provocó heridas que, sumado al estado de salud que presentaba el hombre, el día 20 acabaron con su vida.

La autopsia hecha al hombre confirma que murió por las agresiones sufridas y que lo hizo sufriendo, un hecho que todavía suma más dolor a la familia de Ramon, muy conocidos en Torelló, ya que regentan una churrería, A. Ramos, que visita varios pueblos en época de ferias y fiestas mayores. Blanch, ahora estaba jubilado, pero había trabajado durante años en esta churrería —la foto que acompaña esta noticia es la del abuelo Ramon, tal como explican familiares de la víctima a ElCaso.com.

A la espera de que el detenido sea entregado al Juzgado de instrucción en funciones de guardia de Vic, que será quien decidirá la situación personal y si ingresa a prisión, los Mossos siguen con la investigación para poder aclarar los hechos y saber cómo fue la agresión del día 18 y qué la motivó. Este mismo domingo, el día siguiente de ser detenido, los investigadores, la comitiva judicial y el mismo detenido, asistido por su abogado, volvieron al número 87 de la calle de Balmes de Torelló para hacer una reconstrucción del crimen, aunque no se ha sabido si el detenido, que estaba muy tranquilo, colaboró con la policía.

Impotencia de la familia de Ramon Blanch

Al dolor de la familia de haber perdido, en estas circunstancias, al abuelo Ramon, se suma también la impotencia, y así lo han explicado familiares a ElCaso.com, de no poder haber evitado un final igual de trágico como de esperado. Aseguran que los servicios sociales de Torelló, que hacían seguimiento del estado de salud y situación social de los dos jubilados y habían avalado, en contra de la voluntad de la familia, que el hijo, el presunto verdugo, fuera el encargado de cuidar a sus padres. La hija y la nieta habían denunciado el comportamiento del hijo, que había tenido varias peleas con su padre, por su adicción a las drogas. No era la primera vez, sospechan los Mossos, que el hombre había agredido a su padre.

Los vecinos de la calle de Balmes también recuerdan que eran habituales los enfrentamientos entre el hijo y sus padres, a quienes presuntamente cuidaba, pero con quien se peleaba, algunas veces por cuestiones económicas. La familia de Ramon Blanch también apunta que en el momento que fue trasladado al hospital, la Policía Local no activó a los Mossos d'Esquadra y tampoco abrieron diligencias, aunque era evidente que la víctima había recibido golpes. Una familiar del hombre muerto fue a la casa donde se produjeron los hechos y tomó fotos de la habitación, donde había sangre y los restos de haber atado al hombre a la cama, según ha podido saber ElCaso.com. Estas imágenes han sido facilitadas a los investigadores que llevan el caso.

Conmoción popular, silencio oficial

Consultados por este caso por ElCaso.cat, el ayuntamiento de Torelló no ha querido hacer declaraciones ni ha querido valorar el caso ni las acusaciones hechas por la familia de Ramon Blanch. La muerte de este hombre, conocido de cuando trabajaba en la churrería, ha conmocionado a Torelló. Una conmoción de un hecho, de un crimen, que todo el mundo sabía que podía llegar a pasar y que finalmente ha acabado pasando, con la víctima más débil, Ramon Blanch, de 84 años.