El cuerpo sin vida de un chico de 18 años fue encontrado el pasado miércoles por la zona de los acantilados de Chiavari, en Génova, sin cabeza ni manos. El joven, peluquero de profesión y originario de Egipto, murió a manos del propietario del establecimiento donde trabajaba, quien se negó a aceptar la carta de resignación que presentó porque había encontrado un sitio donde las condiciones eran mucho mejores. El presunto asesino —junto con su hermano, igualmente detenido— amenazó a la víctima, en un desesperado intento porque se quedara, pero este no desistió y, finalmente, acabó apuñalado.

Quería cambiar de trabajo por las nefastas condiciones laborales

Los agentes del Núcleo Submarino del Comando de Génova de la policía italiana han podido averiguar que el motivo por el que la víctima quería abandonar esta peluquería en concreto era porque había encontrado un lugar donde le ofrecían unas condiciones mucho mejores, con un aumento de sueldo y unos horarios que le permitirían disfrutar de más tiempo libre. Los detenidos, sin embargo, acabaron con su vida diciendo que tenían miedo de perder clientela, ya que mucha gente acudía a su establecimiento solo porque querían ser atendidas por la víctima.

Según relataron los mismos arrestados, la última vez que el joven expresó su intención de marcharse, le llevaron al piso donde residían los tres —junto con otros trabajadores de la peluquería—, le abordaron e intentaron convencerle para que se quedara, amenazándolo nuevamente. Como el chico no cedía, le apuñalaron, y llevaron su cuerpo hasta la playa, donde lo descuartizaron y tiraron al mar.

Pillados por las cámaras de seguridad

La policía acabó deteniendo a los hermanos poco después de recibir una denuncia por la desaparición del chico, y pudieron relacionarles con el crimen gracias a las imágenes de unas cámaras de seguridad en las que se les veía cargando una maleta y volver sin ella. Tras ser detenidos, intentaron justificar el crimen diciendo que había sido un accidente, pero acabaron confesando los hechos.