Cada año se registran decenas de crímenes y muertes violentas en Catalunya. Afortunadamente, la gran mayoría acaban resolviéndose rápidamente y el culpable paga por sus hechos, pero en algunas ocasiones el caso queda sin resolver. Hay casos, incluso, en que la víctima no puede ser identificada y sus cuerpos descansan en nuestro país sin que nadie sepa quiénes son. En este sentido, durante las últimas décadas ha habido cuatro casos en Catalunya que han sido una incógnita para los cuerpos policiales. Gracias a la campaña internacional Identify Me, impulsada por la Interpol, recientemente se ha conseguido poner nombre a dos de ellas, pero todavía quedan dos sin identificar: una mujer que fue encontrada muerta en una habitación de hotel en Premià de Mar y una mujer que apareció en un camino rural de Malgrat de Mar.
Asesinadas en Premià de Mar y Malgrat de Mar
El 27 de enero de 1999, los trabajadores de un hotel de Premià de Mar, en el Maresme (Barcelona), encontraron el cadáver de una chica joven, de entre 23 y 25 años, en una de las habitaciones. El cadáver de la mujer, que tenía los ojos azules y dos agujeros en cada oreja, estaba con las manos atadas y presentaba múltiples golpes que le habían provocado la muerte. Según pudieron averiguar los investigadores, la víctima no se alojaba sola en el establecimiento. Con ella se había registrado un hombre blanco, de entre 25 y 30 años, de 1,65 a 1,70 metros de altura, complexión normal y pelo corto, que hablaba francés e inglés. Según los testigos, la pareja habría venido de la ciudad suiza de Ginebra o de otra a unos diez kilómetros con la palabra "Ville" en su nombre. No obstante, nunca se ha podido saber quién era ni quién la mató.

Años después, a principios de noviembre de 2003, también en el Maresme, en este caso en Malgrat de Mar, se encontró el cuerpo sin vida de una mujer en un camino rural. El cadáver presentaba múltiples golpes por todo el cuerpo y se estimó que habría muerto unas doce horas antes del hallazgo. La víctima, de entre 25 y 30 años, iba vestida, tenía varias pulseras puestas, y llevaba dos marcas al cuerpo: una cicatriz de vacunación en el brazo izquierdo y un pequeño tatuaje del símbolo Om en el dorso de la mano derecha. Los investigadores creen que podría ser de origen bengalí y estar relacionada con el tráfico de seres humanos. En su momento, se vinculó el caso con otro que en 2016 tuvo lugar en los Países Bajos, pero finalmente esta línea de investigación se descartó. Hoy por hoy, todavía sigue siendo una incógnita su identidad.

Ainoha y Liudmila, las dos mujeres identificadas años después
Mientras los dos casos del Maresme siguen siendo toda una incógnita, hay dos mujeres en la misma situación a quien después de años se les ha podido poner nombre. Una de ellas es Ainoha Izaga, una chica de Paraguay de 33 años que en el año 2013 llegó a Catalunya y de quien su familia había perdido la pista. En agosto del 2018, su cuerpo fue encontrado colgado en una antigua granja abandonada de Sant Julià de Ramis, en Girona, y los Mossos determinaron que se había suicidado. No obstante, nadie sabía quién era hasta que este 2025, gracias a la campaña Identify Me, se le puso nombre después de que saltara una coincidencia con una denuncia por desaparición que su hermano había hecho en Paraguay en 2019, meses después del hallazgo del cuerpo.
Esta misma semana, también se ha podido poner nombre en Liudmila Zavada, una chica rusa de 31 años que en julio de 2005 apareció muerta con signos de violencia en una carretera de Viladecans, en el Baix Llobregat (Barcelona). Conocida hasta ahora como "la mujer de rosa" porque iba vestida toda de este color, presentaba signos de violencia y se determinó que no había muerto allí, sino que habían trasladado el cuerpo unas doce horas antes. Los investigadores nunca pudieron saber quién era ni quién lo había matado, hasta que hace pocas semanas la primera de las incógnitas se resolvió cuando la policía de Turquía puso sus huellas dactilares en las bases de datos y les saltó su nombre. Después de contrastar su ADN con el de su hermana en Rusia, se confirmó que era ella.
Identify Me, la herramienta que ha permitido identificar a dos mujeres muertas en Catalunya
La identificación de las dos mujeres ha sido posible a raíz del programa Identify Me, que reúne seis estados europeos y la Interpol, para aclarar casos, como estos, sin resolver a escala internacional, y que también ha podido poner nombre a una mujer británica que apareció muerta a Amberes (Bélgica) en el año 1992. A estas alturas, según detallan desde la Interpol, todavía quedan 44 casos de mujeres muertas en extrañas circunstancias y que todavía no han podido ser identificadas. Entre estas están las dos de Premià de Mar y Malgrat de Mar, pero también tres más en el Estado: una mujer encontrada muerta el 9 de julio de 2019 en Ibiza, otra el 26 de marzo de 2007 en Madrid, y una última en Bilbao, en el año 2009. La mayoría de los cuerpos que ahora se quieren identificar, según las investigaciones hechas, se cree que fueron asesinadas.