Los Mossos d'Esquadra investigan un apuñalamiento que se produjo en la ciudad de Tortosa este miércoles por la noche. Hacia las once y media, agentes de la Policía Local encontraron a un chico malherido en medio de la calle, entre la plaza Agustí Querol y el pont de l'Estat. El joven, que presentaba síntomas de ir bebido, había recibido dos navajazos en la pierna izquierda y estaba perdiendo sangre. Un testigo de la agresión pudo informar a los policías de que los atacantes eran cuatro jóvenes que habían huido después de los hechos. La víctima fue trasladada al hospital Verge de la Cinta de Tortosa y los Mossos d'Esquadra han abierto una investigación de los hechos para encontrar al agresor. La principal hipótesis es una posible venganza, ya que la víctima había estado condenado por matar a otra persona en el año 2016.

Mató a otro hombre durante una pelea en una discoteca en el 2016

La víctima del apuñalamiento hace poco que ha quedado en libertad después de que el año 2020 fuera condenado a tres años y tres meses de internamiento psiquiátrico por la muerte de un hombre a consecuencia de un puñetazo que le dio durante una pelea en el año 2016. Los hechos en cuestión tuvieron lugar la madrugada del 4 de diciembre en las puertas de una discoteca de la calle Argentina de Tortosa. Un hombre estaba haciéndose fotos con el teléfono móvil cuando un chico se acercó a él, le tiró el dispositivo al suelo, le dio un fuerte puñetazo en la cabeza y una patada en la pierna. La víctima se cayó al suelo con la mala fortuna que golpeó con la cabeza en el suelo y quedó inconsciente.

Los servicios de emergencias lo trasladaron hasta un centro hospitalario, donde ingresó en estado consciente. Al cabo de pocas horas, sin embargo, un coágulo sanguíneo en el cerebro lo hizo entrar en coma. En febrero de 2017, dos meses después de los hechos, se decretó su estado vegetativo y, finalmente, acabó muriendo en septiembre de 2018, casi dos años después de haber recibido el puñetazo. Paralelamente, el agresor pudo ser detenido veinte días después del enfrentamiento y quedó en libertad provisional, hasta que en el año 2019 la Audiencia de Tarragona decidió que ingresara en la prisión.

En otoño de 2020, casi cuatro años después del homicidio, las diferentes partes llegaron a un acuerdo de conformidad para evitar el juicio y el acusado fue condenado a tres años y tres meses de internamiento psiquiátrico, al considerar que en el momento de los hechos el chico sufría esquizofrenia paranoide y retraso mental leve, con una discapacidad del 69%. Este miércoles, poco después de quedar en libertad, ha sido apuñalado en Tortosa por, presuntamente, un grupo de cuatro individuos. La principal hipótesis es que podría tratarse de una venganza.