La conocida modelo estadounidense Maleesa Mooney fue encontrada muerta el pasado 12 de septiembre en su casa. Después de una semana entera sin recibir noticias de ella, su familia avisó al departamento de policía de Los Ángeles, quienes pusieron en marcha una investigación que acabó de la peor manera posible. El cadáver de la joven, de 31 años, apareció dentro de la nevera de su apartamento, esposada y con varios golpes por todo el cuerpo, señal inequívoca de una brutal paliza que puso fin a su vida.

La policía considera la causa oficial de la muerte como "violencia homicida". Desde casi dos meses que la investigación está en marcha para encontrar a la persona que asesinó a Mooney, quien, además, estaba embarazada de pocas semanas en el momento de su muerte. A estas alturas no hay ningún detenido, y desde la oficina del Sheriff del condado no han querido dar más detalles, y tampoco han revelado si tienen un sospechoso en el punto de mira.

Apaleada y con restos de cocaína

La autopsia llevada a cabo por el departamento médico forense de la Policía de Los Ángeles determinó que Maleesa Mooney había ingerido alcohol y drogas, específicamente cocaína, poco antes de morir. No obstante, no pudieron asegurar que este hecho estuviera relacionado con su muerte. Lo que sí que pudieron determinar con seguridad es que la modelo presentaba varias lesiones por todo el cuerpo, sobre todo en la cabeza, en la cara, en la espalda y en la parte superior del brazo izquierdo, hechas con un objeto contundente.

Después de apalearla, la persona o personas responsables del crimen le ataron las manos y los tobillos con "cordones electrónicos y prendas de ropa" antes de esconderla dentro de su propia nevera. La última vez que la vieron con vida fue a través de una cámara de videovigilancia durante un "control de bienestar" solicitado por su madre.