Una sustancia química diseñada originalmente para adormecer la piel en procedimientos médicos se está convirtiendo en una nueva amenaza para la salud pública. Conocida como cloruro de etilo o por su nombre comercial más habitual, Cloretilo, este aerosol similar al Reflex se utiliza de manera recreativa, con graves consecuencias físicas y psíquicas, como una droga, de manera inhalada, y se está volviendo popular entre los jóvenes. Es fácil de encontrar en farmacias, no necesita receta y provoca efectos muy rápidos.
El cloruro de etilo se inhala después de rociarlo sobre un paño o directamente sobre la ropa. Sus efectos son casi inmediatos, pero de corta duración: sensación de euforia, descoordinación y risa incontrolable. Sin embargo, el uso continuado puede desencadenar problemas más graves, como agresividad, daños irreversibles en el sistema nervioso central y trastornos cardíacos. Estas consecuencias a largo plazo preocupan a los profesionales sanitarios, que ya han detectado un aumento de los casos de intoxicación por esta sustancia, sobre todo entre público joven. Aunque su uso médico requiere supervisión profesional, el cloruro de etilo se puede adquirir con facilidad en farmacias, parafarmacias y a través de internet. Algunas farmacias han denunciado que, aunque sea legal, muchos jóvenes entre 18 y 25 años lo compran con fines recreativos, especialmente para botellones y raves. También se puede conseguir por internet. Fuerzas y cuerpos de seguridad de todo el Estado ya han detectado un incremento de estos aerosoles en la vía pública, así como del gas de la risa, que, aunque tiene un uso legal, también se utiliza como droga.
Droga barata y de fácil acceso
Los expertos alertan que este peligroso uso del cloruro de etilo no es nuevo, pero parece que vuelve con fuerza, especialmente entre jóvenes que buscan una droga barata y de fácil acceso. Además, el uso en contextos de fiesta, como raves o eventos masivos, añade un peligro adicional por la falta de control sobre el consumo y sus efectos. Las autoridades sanitarias insisten en la necesidad de regular la venta de este producto y concienciar a la población sobre sus peligros.
Se recomienda evitar el uso de este aerosol fuera del ámbito médico, y cualquier sospecha de venta ilegal o uso indebido debe denunciarse a las autoridades competentes, aunque las policías tienen muchas limitaciones. Si bien se puede retirar cuando se detecta en espacios públicos, ya sea por la ley de salud pública o por la ley 04/2015 de Seguridad Ciudadana, al ser un producto legal es complicado perseguir su venta. La información sobre los posibles efectos secundarios, muy peligrosos, y la concienciación entre la población joven, por ahora, parece el camino para frenar la expansión de esta droga. Internamente, diversos cuerpos policiales han lanzado alertas en los últimos meses para poner en conocimiento de los agentes este tipo de uso irregular de los aerosoles entre los jóvenes.