Máxima alerta en Portugal después de que este sábado cinco reclusos muy peligrosos se escaparan de la prisión de Vale de Judeus, a unos 70 kilómetros de Lisboa, un centro con gran parte de internos extranjeros que cumplen largas condenas. Según la Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios (DGRSP), hacia las diez de la mañana se detectó su desaparición y, al comprobar las cámaras de seguridad, confirmaron que se habían escapado del recinto. "Es posible que la huida tuviera lugar con ayuda externa a través del lanzamiento de una escalera que permitió a los reclusos escalar el muro y acceder al exterior", apuntan las autoridades penitenciarias, que rápidamente alertaron a los cuerpos policiales para que los capturaran.
El secretario general adjunto del Sistema de Seguridad Interno portugués, Manuel Vieira, ha explicado que no solo se han activado todas las estructuras nacionales para poder atraparlos, sino que también se ha alertado a las autoridades del espacio Schengen, la Interpol y la Europol, entre los cuales los cuerpos policiales de España, ya que no se descarta que intenten huir del país cruzando la frontera con el país del lado. Sin embargo, desde Portugal descartan a estas alturas el cierre total de las fronteras al alegar que "no es proporcional ni adecuado", asegurando que "se está haciendo todo lo que se puede hacer".
"Harán todo lo que sea para seguir en libertad"
Los cinco reclusos son dos portugueses, un argentino, un británico y un georgiano que cumplían penas de 7 a 25 años de prisión por delitos como tráfico de drogas, asociación criminal, blanqueo de capitales, robo, rapto, extorsión o secuestro. Se trata de Fernando Ribeiro Ferreira, de 61 años, Rodolf José Lohrmann, de 59, Mark Cameron Roscaleer, de 39, Fábio Fernandes Santos Loureiro, de 40, y Shergili Farjiani, de 33. El director de la Policía Judicial portuguesa, Luís Neves, apunta que, a excepción de uno de ellos, se trata de personas "peligrosas y violentas" que "harán todo lo que sea para seguir en libertad," incluyendo poner en riesgo vidas humanas. Ante esta situación, las autoridades piden a la población que se abstenga de interactuar con los fugitivos y que avisen directamente a la policía si los ven.
Los cuerpos policiales apuntan que la investigación será "compleja" y que puede tardar tiempo a dar sus frutos. En este sentido, apuntan que la fuga de la prisión ya fue "operación compleja, de crimen organizado con capacidad financiera", donde "todo fue pensado hasta el más mínimo detalle". El director general de la Dirección General de Reinserción y Servicios Penitenciarios (DGRSP), Rui Abrunhosa Gonçalves, explicó que hubo un fallo en la seguridad de la prisión que todavía están investigando.