Agentes de la Policía Judicial (PJ) de Portugal han detenido a una mujer de 32 años implicada en el secuestro de un empresario de 82 años que en agosto de 2023 apareció atado a un árbol al Parc Natural de Montserrat, en Collbató. El hombre, vinculado al mundo de la noche y a los negocios inmobiliarios en Portugal, fue secuestrado en la localidad portuguesa de Almancil y lo trasladaron en coche durante horas hasta Catalunya. Durante el trayecto, lo extorsionaron, agredieron y amenazaron violentamente haciendo uso de armas de fuego.

Sus secuestradores consiguieron sacarle unos 100.000 euros a través de transferencias desde las cuentas bancarias de la víctima a las que ellos se habían abierto en Francia y Lituania mediante documentación falsa. Tras recorrer unos 1.200 kilómetros y haber conseguido lo que querían, lo ataron a un árbol, en un lugar desierto del Parc Natural de Montserrat para que no lo descubrieran, y huyeron. Antes de marcharse de Catalunya, sin embargo, sacaron dinero de sus tarjetas y compraron aparatos electrónicos en el centro de Barcelona. La víctima se pudo desatar y un turista que lo encontró alertó a la policía.

Un grupo de secuestradores brasileños de empresarios

Los Mossos d'Esquadra abrieron una investigación sobre el secuestro y, en colaboración con la Policía Nacional y la Policía Judicial portuguesa, se pudo detener a nueve personas, siete hombres y dos mujeres, el pasado mes de diciembre, cuando intentaban secuestrar a otra empresaria en la ciudad de Setúbal. A los arrestados, de entre 21 y 43 años y con antecedentes penales por delitos de robo en España, se les envió a prisión preventiva por delitos de secuestro, robo, tenencia de armas prohibidas y blanqueo de capitales.

Durante los registros realizados en el operativo, se confiscaron un arma de fuego, réplicas de armas de fuego utilizadas en acciones delictivas, así como material destinado a la falsificación de documentos y documentación falsifica. También se recuperaron dos vehículos con matrícula portuguesa que habían robado. Los detenidos, de nacionalidad brasileña, estaban especializados en los secuestros de empresarios, una práctica extendida en su país y que habían importado a Europa para conseguir dinero. A pesar de las detenciones, sin embargo, una mujer de 32 años había quedado libre y, finalmente, también ha podido ser detenida en Portugal meses después. Como en el caso de sus compañeros, el juez también ha decretado el ingreso en prisión.