Aunque lejos de los niveles a que ha llegado el aceite de oliva, que se ha convertido en una especie de oro verde exclusivo para familias acomodadas, el precio de la gasolina se ha disparado en los últimos meses. Y si en el primer caso cada vez hay más ladrones que se dedican a robar este producto, el caso de la gasolina no es una excepción. Las autoridades de los Estados Unidos han alertado de que se ha empezado a extender una práctica conocida como "el engaño del surtidor", en el que unos estafadores se aprovechan de los usuarios para robarles el combustible en las gasolineras. Una estafa que no se descarta que ya haya atravesado el Atlántico y haya llegado a Europa.

Se quedan con la gasolina que ya ha sido pagada

Lo que hacen estos estafadores para robar la gasolina a los conductores es bien sencillo. Aprovechándose que la gran mayoría de gasolineras son prepago, se mantienen a la espera de posibles víctimas que estén haciendo el repostaje. En caso de que hayan pagado un precio con tarjeta y hayan llenado el depósito antes de llegar a él, el dinero que se ha pagado de más acostumbra a ser devuelto al conductor. Es en este momento cuando actúan los estafadores y les ofrecen ayuda para dejar la manguera en el surtidor. En realidad, sin embargo, no lo llegan a hacer nunca.

Cuando el conductor arranca el coche y se va, los ladrones aprovechan para ponerse el combustible restante que ya había sido pagado por la víctima. Así, poco a poco, van llenando su depósito sin gastar dinero. A veces, incluso, aprovechan al siguiente conductor para estafarlo también sin llegar a colocar nunca la manguera en el surtidor. Por eso, se recomienda no perder de visto el surtidor de la gasolina y tenerlo siempre controlado, a la vez de asegurarse de que se vuelve a poner en su lugar una vez se ha acabado de hacer el repostaje. De la misma manera, no se tiene que aceptar la ayuda de un desconocido, a menos que se trate de un trabajador de la gasolinera.