La madrugada del pasado viernes ocho de febrero, un conductor de Uber sufrió el que probablemente fue su peor viaje. Cuatro jóvenes -dos mayores de edad, de 18 y 20 años, y dos menores- le dieron una paliza por no estar conformes con el precio después de haber prácticamente secuestrado el vehículo durante todo el trayecto. Se pasaron los cerca de 126 kilómetros que separan Barcelona de Palafrugell (Girona) bebiendo alcohol, fumando marihuana y hachís y drogándose con cocaína. Todo, sin que el conductor pudiera decirles nada, ya que lo tenían amenazado con una navaja.

Alrededor de las dos de la madrugada, un hombre requirió la presencia de una patrulla de seguridad ciudadana de Palafrugell y les explicó que había tenido una serie de incidentes con unos jóvenes, tres andorranos y un español, que habían contratado su servicio para trasladarlos de la capital catalana hasta el municipio del Baix Empordà. Según su relato, los recogió en la calle Aribau, y desde un primer momento tuvo problemas: los chicos lo increparon porque no estaban de acuerdo con el precio (140 euros) que habían pagado a través de la aplicación de Uber. Para "compensar" le dijeron que el coche estaría todo el viaje a su disposición y podrían hacer lo que quisieran.

Amenazado con una navaja cuando intentó que se comportaran

Los jóvenes empezaron a beber y a drogarse dentro del coche y cuando el conductor intentó pedirles que se comportaran, uno de ellos cogió una navaja que le puso junto a las costillas. A partir de este momento, lo obligaron a poner la música muy alta y a hacer varias paradas; una de ellas, para comprar una botella de alcohol que, una vez vacía, tiraron por la ventana cuando pasaban por un puente.

En otra parada, en un supermercado de Begur, el hombre intentó llamar al 112, pero los antisociales se lo impidieron amenazándolo de nuevo con la navaja y lo obligaron a llevarlos hasta un descampado donde los esperaba un grupo de gente.

Lo apalearon y le intentaron robar

Cuando por fin pensaba que se desharía de ellos, los cuatro chicos intentaron robarle un casco y la mochila cuando abrieron el maletero para coger sus pertenencias. Cuando el hombre lo impidió, uno de ellos le clavó una patada que lo desequilibró, momento que el resto aprovechó para abalanzarse sobre él y continuar con la paliza. Subió al coche como pudo y no se detuvo hasta que no encontró una patrulla de los Mossos d'Esquadra a quienes pidió ayuda.

Con la colaboración de la Policía Local de Begur y la descripción de los supuestos agresores, se localizó a los cuatro sospechosos cuando cruzaban la carretera de manera temeraria. La policía catalana los detuvo por los delitos de robo con violencia e intimidación en grado de tentativa y otro de amenazas. Los dos menores quedaron en libertad después de declarar en comisaría, a la espera de comparecer ante la Fiscalía de Menores cuando sean requeridos. Los mayores, sin antecedentes, pasaron el día 9 de febrero a disposición del Juzgado de Instrucción en funciones de guardia de la Bisbal.